domingo, 31 de diciembre de 2017

2018


Cartas desde Venezuela (III)

Sabes para los que vivimos en frontera es negarnos las posibilidades de conseguir alimentos.

El problema de nosotros es que aquí la oposición ganó la gobernación y la alcaldía y nos están castigando.

¿Y cómo felicitar la Navidad? la verdad que uno no sabe cómo ni qué decirte. Un abrazo grandísimo y un beso en tu gran corazón.


Las palabras, los abrazos y los besos en el corazón de los amigos nos reconfortan y nos llenan de fuerza... oye, como no nos envían gasolina hay que ir a pie a buscar lo que necesitamos y lo podrían hacer mis hijos por mí, pero lo poco que se consigue de los productos de primera necesidad tiene que ser personalizado por número de cédula y madrugando..., pero no te pongas triste que como dice la canción... “yo tengo fe en que todo cambiará”.


viernes, 29 de diciembre de 2017

Cartas desde Venezuela (II)

Adjunto una carta que refleja una de las tantas situaciones de crudeza que se viven en Venezuela y que hoy afronta una situación sin garantía de los derechos normales de todo ciudadanos

Mis queridos amigos de España:
Mi diócesis de Carora está pasando momentos muy difíciles. Los colectivos del gobierno nos están acosando y amenazando con maldad.
Ya han intentado entrar en la parroquia de la Sagrada Familia, han roto los cristales de las ventanas, han intentado violar la puerta de la casa parroquial y una vez que se han encontrado al párroco lo han insultado por anti gobierno y el padre lo ha pasado muy mal.
Ayer me he han informado que el próximo seré yo. Yo he estado muy asustado y con mucho miedo. Hasta este momento no han llegado.
Junto al obispo hemos tenido que cambiar el horario de misas para las 6:30 de la mañana para evitar que esa gente entre a nuestras iglesias y tome los micrófonos.
Hemos quitado las imágenes de los templos y resguardado los vasos sagrados que a ellos les pudiera parecer  valiosos. 
El Santísimo Sacramento los hemos escondido en nuestras casas parroquial y nos hemos tenido que hacer acompañar por varios hombres de las comunidades para tratar de preservar la vida.
Estos colé se llevan todos los muebles, televisión o computadoras que tengamos, debemos sacar todo de las casas al igual que vehículos, para evitar quedar sin nada.
Es triste constatar cómo entre nuestros feligreses hay gente que oye todo lo que decimos los curas en nuestras predicaciones y luego van y lo dicen a los jefes de los colectivos chavistas para vengan por nosotros. Tendremos que aprender a convivir con el trigo y la cizaña! 
Yo me he sentido muy ansioso, no duermo mucho por el temor.
Nunca pensé vivir en dictadura, jamás pensé que las películas sobre persecución que vi se hagan realidad en mi historia personal y eclesial.
Uno siente miedo, impotencia pero también irá al ver tanta injusticia. Esa misma rabia provoca en uno un deseo de no tener más miedo y salir a la lucha por la verdad.
Desde la fe uno también comienza a releer la historia del Señor Jesus y sobretodo lo que ha sido su pasión, y les digo que yo me he ido configurando y viendo al Maestro, no tengo miedo. Es una fuerza que solo el Espíritu Santo nos puede dar.
En el horizonte no hay luz ni solución fácil. No veo el fin. Solo el principio de una represión que será más fuerte todos los días y no se si terminará en el martirio de muchos.
Les agradezco su preocupación y su fraternidad. Les agradezco su oración para no caer en la tentación de abandonar el barco cuando la tripulación más nos necesita.

Oren por Venezuela

Les quiero y recuerdo,

Padre Jaime



jueves, 28 de diciembre de 2017

Cartas desde Venezuela (I)

Mi buen amigo:
Como aquí escribimos -no cuando queremos sino cuando podemos- quería desearte unas felices pascuas... contarte que miles y miles de personas cruzan la frontera cercana a donde vivo. Los admiro, son unos valientes, pero alguien escribió "es tan valiente y digno el que se va como el que se queda, la soledad nos acompaña a ambos y terminamos siendo igual de extranjeros".

¡Abrazos! ¡Buenos días!


Pd/ Ah, se me olvidaba decirte que esta fuga aumenta cada día por el temor al cierre en cualquier momento...


miércoles, 27 de diciembre de 2017

Jigle Bells

Acabo de escuchar en una emisora que dos tercios de las compras navideñas acaban en la basura en menos de tres meses. Es la sociedad del despilfarro –otros dice del “consumo necesario” para mantener un mínimo nivel de empleo, según el cual, su derrumbe supondría entrar de nuevo en una espiral de depresión de la economía de cuyas consecuencias ya hemos tenido noticia-.

¿Por dónde tirar? ¿”Despilfarrar para evitar entrar en crisis” o “un consumo responsable que permita la supervivencia de un planeta con recursos limitados”? La teórica nos la conocemos todos. Y sin embargo ni siquiera la segunda opción asegura ya nada a estas alturas. Entre otras cosas porque la decisión de adoptar la mesura como criterio de comportamiento ni es inminente ni será uniforme. Cierto, menos es nada, pero de poco sirve tapar todos los agujeros en una barca que se hunde si dejamos un par de ellos –los principales además- a su libre albedrío.

Menos es nada, cierto. Algo más tardará en sobrevenir el desastre, sí. Y quizás mientras se nos ocurrirá algo –piensan lo optimistas.


domingo, 24 de diciembre de 2017

¿Felices?

Ya estamos en esos días en los que la frase que más se repite es ese “felices fiestas” que nos damos unos a otros, aun a sabiendas que felices, felices, lo que se dice felices no lo van a  ser. Porque basta que haya una persona en el mundo que no sea libre, para que haya que seguir luchado por la libertad.

El año pasado también nos lo dijimos, y el anterior, el anterior y el otro. Y resulta que este 18 lo hemos vivido de convulsión en convulsión desde el gran Trump hasta el aparente no sabía nada Puigdemonnt, pasando por el famoso cura francés

Y el canto de la realidad ha sido ese:  No al acuerdo de paz en Colombia, los refugiados muertos en el mediterráneo, los que huyendo de la guerra y el hambre no les deja Europa entrar lavándose las manos como Pilatos. Es el momento de sacar ahora a colación toda una serie de retahílas a cuál más preocupante. De ahí que nos tengamos que preguntar: la felicidad que nos deseamos estos días, dónde la podemos encontrar.

Pasar con una perspectiva de humanidad estos días exige una serie de actitudes personales y comunitarias que trascienden lo meramente intelectual y afectivo. Ello quiere decir que semejante propósito no se conseguirá de manera gratuita ni a cualquier precio. Más aún cuando existen unos intereses tan contrapuestos atizados por un egoísmo feroz y en muchos momentos salvaje. Me ha parecido oportuno, al hilo de todo ello, traer a colación la frase que hace ya más de un siglo dijo el poeta y dramaturgo inglés Alfred Tennyson “Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza".

Conseguir un mundo parecido más a una familia que a un mercado especulador no nos por agotamiento ni nos llegarán muchas veces por sí solos, sino también a los que en otros muchos momentos nos vendrán dados por personas e instituciones, movidas por intereses poco claros, por no decir demasiado turbios. Existen situaciones en la vida que no se pueden afrontar de cualquier manera: exigen claridad de ideas, por una parte y voluntad firme y contundente, por otra.
Y, por último, algunas, si son muchas mejor, dosis de esperanza, en medio de una vida donde parece que todo da lo mismo o donde existe la impresión que ya no se puede hacer nada. Nunca te declares derrotado/a ti mismo/a; y, si otros lo creen, no lo asumas sin más y no ceses en el empeño de mantener viva la llama de que aún es posible que tú seas un poco mejor y, a partir de ello, también el mundo que te rodea.


Es por ello que, a pesar de todo, me sobran razones para desearte de corazón: ¡FELIZ AÑO!