miércoles, 30 de agosto de 2017

Buscándome a mí mismo


Hay ocasiones en las que pienso que, como a todos, me gusta el silencio. Diría, más bien, que me gusta escuchar el silencio. Cuando lo logro, me escondo en la oscuridad para escucharle. Me habla, sobre todo, en el viento, con la brisa y el aire fresco. Unas veces como un eco, otras silbándome y en la orilla del mar  es como si unas brisas salpicaran mi cara y me manchasen con gotas de libertad y esperanza. Son el anuncio de la proximidad de que mis sueños van camino de hacerse realidad.


1 comentario:

  1. El silencio y la quietud como forma de percibir lo esencial de las cosas. No se trataría de huir del ruido, sino de hacernos conscientes de el.

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