jueves, 17 de agosto de 2017

...porque los tiempos están cambiando

¿Qué no te gustan ver como las cosas cambian? Pues a mí, al contrario. Metería todo lo que pudiera, gente y flores del jardín, ramas secas y motos ruidosas, la empanadilla y el amigo que te llama a diario, …con todo ello giraría un poco de la fuerza centrífuga como si de una lavadora se tratara y dejaría que todo ello comience a centrifugar y a cambiar consiguientemente todo de estilo, con una nueva cara y mucha alegría.

¿Que estas cosas y los demás no quieren cambiar? Pues cambiaría yo. Y si yo cambio, te aseguro que todo lo que está a mi alrededor también cambiará. Tendrá que enfrentarse a una nueva realidad que, siendo yo mismo, sin embargo, no la conocía.

No. No he de temer a los cambios. No he de hacer las cosas porque siempre se hayan hecho así. Toda la vida es un cambio.

Es que además cualquier acontecimiento extraordinario para la sociedad, cualquier logro que tú o yo consigamos siempre es debido a algo con lo que tuvimos que enfrentarnos y tomar una decisión.  Ayer como hoy, y al igual que mañana, todos vamos a tener problemas. O chocaremos con algo que da vueltas por el universo o al rozar con cualquier cosa ese algo nos ha envuelto tan misteriosamente, como si de una nube se tratara, que nos ha hecho cambiar.



Cambia lo superficial. Cambia también lo profundo. Cambia el modo de pensar. Cambia todo en este mundo. Cambia el clima con los años. Cambia el pastor su rebaño. Y así como todo cambia, no es extraño que cambie también yo.





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