jueves, 23 de noviembre de 2017

Juntos (y revueltos)

Para ti, amigo/a desde los foros y/o grupos de la red.

Libres. Con ese sentimiento mágico que da la libertad. Como ave que vuela sin ataduras. Como agua que corre serena por los barrancos y se mezcla en el mar con otras que también llegan.

Grandes. Con la perspectiva que se ve desde una montaña. Abiertos al horizonte. Abrazando en vivo las estaciones que se van sucediendo -especialmente, la primavera-.

Buena gente. Como el pan nuestro y recién hecho que nos acompaña cada día en la mesa del hogar. Como el calor del hogar cuando uno regresa lleno de problemas o interrogantes.

De altura. Estirados/as. No para contemplarte superior a los demás ni para mirar por encima del hombro, ni mucho menos para ver a los demás como aprendices tuyos. Alto/a, con los brazos abiertos, dirigidos al cielo, relajado, como quien se sacude la pereza extendiendo y tensando los músculos del cuerpo, sacudiéndose los problemas para, saltando por encima de ellos, seguir subiendo la montaña.

Blanco, como las rosas blancas. Del color de la limpieza, la blancura de la casa siempre atendida, las sábanas limpias secándose al sol, un corazón abierto que se ofrece a los demás.

Así, entre otras cosas, deseo que seas tú, amigo de los foros donde participo y que me lees dando tu opinión o en silencio; a ti, que recibes también la mía. Sean de donde fueren, hayan corrido lo que hayan podido, tengan esta costumbre u otra. Sabiendo que cada uno como isla separada no funciona, sino que toda isla, abierta al mar, está en comunión con las otras.

Veloces y acogedores como el aire y como el viento. Abrazados en uno, pues eso: somos uno. Ya de América Latina, ya viniendo de África, ya quedándose en cualquier lugar de España. Vamos y venimos, cada uno con sus canciones, sus costumbres. Nosotros somos Colombia, País Vasco y Andalucía. Somos los mismos con el nombre de Canarias, Aragón, Cataluña, Galicia o Madrid. Nuestras fronteras se han ensanchado; tanto, que ya no se ven, ni aparecen en los mapas.

Para nosotros es mejor vivir así: mezclando problemas y alegrías unos de otros que llorando ante un fantasma ciego o dándonos de cabezazos ante una muralla a la que los golpes la hacen más fuerte.

Son, entre otros, mis deseos para ti que nos lees.


La vida tiene problemas. Sí. Todos vivimos unos u otros. Pero en medio de ellos la vida también es bella, y ninguno aumenta el problema del otro con el suyo propio. Y es que eso: siendo iguales, somos todos diferentes. Por eso el contacto de unos con otros siempre nos enriquece. Algo podemos aportar al otro. Algo aprendemos siempre del otro.



1 comentario:

  1. La vida es bella y tu dedicatoria la hago mía. Me gusta ese juntos e incluso revueltos

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