domingo, 24 de enero de 2021

Wakonda. Leyenda Omaha sobre la Cración del Mundo

Al principio todo estaba en la mente de Wakonda –el Gran Espíritu-. Todas las criaturas, incluido el hombre, eran espíritus. Se movían en ese espacio que hay entre la tierra y las estrellas. Buscaban un lugar donde morar y vivir una existencia corporal.

Se acercaron al sol, buscando amparo, pero el sol quemaba, no estaba preparado para acoger a los seres vivos. Marcharon a la luna, para encontrar refugio, pero en la luna no había luz y no pudieron quedarse. Llegaron a la tierra, pero encontraron que todo estaba cubierto de agua. Flotaron por el aire, aun sin cuerpo, explorando las cuatro direcciones, pero no encontraron tierra seca. Quedaron inmensamente tristes, pensando que no había más lugares en los que buscar alojo.

A punto estaban de darse por vencidos, cuando, de repente, en mitad de un gran estruendo, surgió de entre las aguas una gran montaña. De su seno brotaban agua y fuego, y el vapor llenó los cielos y se formaron las primeras nubes de lluvia.

Cuando la tierra se secó y se crearon losa ríos y los lagos; crecieron los árboles, la hierba en los campos. Los animales y los humanos pudieron por fin encarnarse, mientras la tierra vibraba como expresión de gratitud al espíritu creados de todas las cosas: Wakonda.


Leyenda Omaha sobre la creación el mundo



viernes, 22 de enero de 2021


El presidente de Uganda, Kaguta Museveni se dirigió no hace mucho a las personas que no están dispuestas a cuidarse durante este período de cuarentena por el COVID-19 con las siguientes palabras:


Dios tiene mucho trabajo, tiene que cuidar a todo el mundo. No puede estar aquí en Uganda cuidando idiotas... En una situación de guerra, nadie le pide a nadie que se quede en casa. Usted se queda en casa por elección. De hecho, si tienes un sótano, te escondes allí, mientras persistan las hostilidades. Durante una guerra, no insistes en tu libertad; voluntariamente la abandonas a cambio de sobrevivir. Durante una guerra, no te quejas del hambre. Si tienes hambre, rezas para sobrevivir, para poder volver a comer algún día. Durante una guerra, no discutes sobre tu derecho de abrir tu negocio. Cierras tu tienda, sin pensarlo, corres por tu vida y rezas para sobrevivir a la guerra. Esperando volver a tu negocio, rogando que no haya sido saqueado o destruido por el fuego de un mortero. Durante una guerra, estás agradecido con los Dioses, por ver otro día en la tierra de los vivos. Durante una guerra, no te preocupas si tus hijos no van a la escuela. Ruegas para que el gobierno no se los lleve a la fuerza para entrenarlos como soldados en las instalaciones de aquella escuela que ahora convirtieron en depósitos militares.


Bueno el Mundo se encuentra actualmente en un estado de Guerra. Una guerra sin armas y balas. Una guerra sin soldados humanos. Una guerra sin fronteras. Una guerra sin acuerdos de alto al fuego. Una guerra sin una sala de guerra. Una guerra sin zonas sagradas. El ejército en esta guerra no tiene piedad y ni bondad humana. Es indiscriminado: no respeta a los niños, a las mujeres ni lugares de culto.


Este ejército no está interesado en botines de guerra. No tiene intención de cambio de régimen. No le preocupan los recursos minerales valiosos debajo de la tierra. Ni siquiera le interesa la hegemonía religiosa, étnica o ideológica. Su ambición no tiene nada que ver con la superioridad racial. Es un ejército invisible, despiadado y despiadadamente efectivo. Su única agenda es una cosecha de la muerte. Solo se sacia después de convertir el mundo en un gran campo de muerte. Su capacidad para lograr su objetivo no está en duda. Sin máquinas terrestres, anfibias y aéreas, tiene bases en casi todos los países del mundo. Su movimiento no se rige por ninguna convención o protocolo de guerra.


En resumen, es una ley en sí misma. Es el coronavirus. También conocido como COVID-19. Afortunadamente, este ejército tiene una debilidad y puede ser derrotado. Solo requiere nuestra acción colectiva, disciplina y paciencia. El COVID-19 no puede sobrevivir al distanciamiento social y físico. Solo prospera cuando lo enfrentas. Le encanta ser confrontado. Capitula frente al distanciamiento social y físico colectivo. Se inclina ante una buena higiene personal. Es impotente cuando tomas tu destino en tus propias manos, manteniéndolos desinfectados tan a menudo como sea posible.


Este no es un momento para llorar por el pan y la mantequilla como niños mimados. Obedezcamos y sigamos las instrucciones de las autoridades. Aplanemos la curva COVID-19. Ejercitemos la paciencia. Seamos los guardianes de nuestros hermanos. En poco tiempo, recuperaremos nuestra libertad, nuestra empresa y nuestra socialización.


En medio de la EMERGENCIA, practicamos la urgencia del servicio y la urgencia del amor por los demás.





jueves, 21 de enero de 2021

Amigos

Benditos sean los que llegan a nuestra vida en silencio, con pasos suaves para no despertar nuestros dolores, no despertar nuestros fantasmas, no resucitar nuestros miedos.

Benditos sean los que se dirigen con suavidad y gentileza, hablando el idioma de la paz para no asustar a nuestra alma.

Benditos sean los que tocan nuestro corazón con cariño, nos miran con respeto y nos aceptan enteros con todos nuestros errores e imperfecciones.

Benditos sean los que pudiendo ser cualquier cosa en nuestra vida, escogen ser generosidad.

Benditos sean esos iluminados que nos llegan como un ángel, como flor o pajarito, que dan alas a nuestros sueños y que, teniendo la libertad para irse, escogen quedarse a hacer nido.

La mayoría de las veces llamamos a estas personas “amigos”.

Edna Frigato