viernes, 31 de julio de 2020

Patrimonio de la Humanidad

La siguiente es una ficción para ambientar la reflexión de hoy, aunque, he de confesarlo, me gustaría que fuese realidad:

En la sala de juntas de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra no cabe una persona más pues la convocatoria hecha por su director general es de vital importancia para el futuro de la organización y, aunque suene pretencioso, para el del mundo entero. Hoy escucharán la propuesta de una joven pareja de científicos que, después de largas horas de investigación, ha encontrado la vacuna que puede frenar en seco el Covid-19 que, con sus mutaciones y su poder de contagio, tiene en vilo al orbe entero. Fabián y Luisa quieren que la fabricación y distribución de la vacuna sea a través de la OMS para que su hallazgo sea “patrimonio de la humanidad” y no un negocio para las industrias farmacéuticas. Solo hay un problema: el elevado coste de la producción de la vacuna. Si la OMS decide aceptar esta tarea ha de empeñar buena parte de su capital humano y financiero para hacerse con este tesoro de valor incalculable. La decisión es unánime: ¡adelante! Vale la pena dejarlo todo por este tesoro… trabajar en la vacuna será lo que nos haga levantar por la mañana con ilusión, desgastarnos en el curso del día y llegar a la noche con la satisfacción de haber hecho algo para mejorar la vida de todas y todos.



jueves, 30 de julio de 2020

Un poquito de humor (...canario)

Enfermedades canarias no identificadas por la Organización Mundial de la Salud:

Andancio: Virus de temporada que afecta a gran parte de la población.

Destemplanza: Misteriosa temperatura del cuerpo, no tan alta como para ser considerada fiebre, pero suficientemente molesta como para faltar a la escuela o al trabajo. Desconocida por la American Medical Association.

Patatús: Ataque de origen oscuro que puede presentarse en cualquier momento. Puede ser suficientemente serio como para motivar hospitalización y todavía es indetectable por la tecnología médica. Las víctimas tienden a ser hombres o mujeres por encima de los 50 años.

Sirimba: Ataque con síntomas similares al patatús, pero más cercanos a las convulsiones. Puede ser aliviado con reposo en cama y humedeciendo la frente con un paño empapado en alcohol.

Sereno: Ocurre cuando se sale fuera de casa repentinamente y de noche, siendo "rociado" por una sustancia misteriosa. No hay signos ni síntomas físicos. El efecto de tener esta enfermedad es desconocido. Los menores de edad y recién nacidos no deben exponerse fuera de casa durante la noche sin estar cubiertos en la cabeza, de lo contrario la contaminación por "sereno" es segura.

Mollera: Zona blanda y redondeada en la parte superior del cráneo que se halla en los recién nacidos, tocar esta área sin poner especial cuidado puede causar daño cerebral irreversible.

Muñeca abierta: Dislocación de la muñeca. Causa desconocida y en algunos casos puede suceder después de intentar abrir -sin éxito- un frasco con la tapa muy apretada.

Aire: Enfermedad muy común, que resulta al exponerse súbitamente, y particularmente de noche, a la intemperie, fuera de casa, sin la ropa adecuada. Caracterizado por un dolor agudo e intermitente, que puede afectar cualquier parte del cuerpo.

Chochera: Síndrome que afecta a todos durante la vejez, en mayor o menor grado. Caracterizada por un comportamiento irritable e intolerante.

Punzada del mago o campurrio: Cefalea aguda y de corta duración que se presenta después de beber una bebida muy fría. Aunque es molesto, sus efectos son pasajeros y sin ninguna secuela.

Golpe de suegra: Pequeño calambre provocado por un golpe repentino en un pequeño hueso situado en el codo.

Tirisia: Color amarillento en los recién nacidos.

Ferecía: Ataque de furia intenso provocado por un disgusto.

Cuerpo cortado: Condición de malestar leve y de aparición frecuente, de etiología desconocida. Los síntomas que incluye, aunque no los únicos, son: fatiga y falta de energía.

Moño vira'o: Desequilibrio psicológico de corta duración caracterizado por cambios de humor frecuentes, comportamiento violento e irritante así como sensación de gran incomodidad. Padecimiento extremadamente común. Puede afectar a cualquier persona independientemente de su edad.

Cabeza atormentada: Sensación leve de mareo y dolor de cabeza, típico de los hipertensos.

¡Repente!: Principal causa de muerte entre los canarios (Murió: de Repente)

miércoles, 29 de julio de 2020

Colombiana

Desde los que llegaron hace poco a los que han regresado de nuevo, no aparecen brotes de muerte ni disparos de baleo ni efluvios de amor y sexo.

No se les se ve apesadumbrados por el pasado ni preocupados por el futuro. La familia colombiana se vertebra en torno del futuro y poco importa cambiar algo si la familia se sitúa en el realismo. Dijimos no a esto y si a aquello. ¿Desde ahora hagámonos famosos por nuestro realismo haciendo sentir sus efectos?

El ritmo que ha seguido Alexandra desde que se situó en este país ha seguido estas coordenadas. Desde mandadera hasta auxiliar

Ha corrido sin parar. Le han tirado hasta piedras en el riñón para pararla. Pero en ese corre que corre, siempre para delante sin mirar para atrás, sabe que en la carrera no está sola. Ahí, rondándola, se ve a Margarita que no para, suelta una cosa sin terminar para coger otra. Pero Alexandra tranquila. Coge el camino recto. No le gustan las curvas.


martes, 28 de julio de 2020

Recuerdos

Cuando los padres olvidan o mueren, se borra parte de nosotros; incluso situaciones, escenas, momentos que desconocemos. Un padre, y sobre todo, una madre, poseen recuerdos que sólo ellos tienen; imágenes guardadas en el disco duro que borrará la muerte o el olvido.

Arturo Pérez-Reverte


lunes, 27 de julio de 2020

Reflexión del Dalai Lama sobre la humanidad

Un periodista le hizo una entrevista al Dalai Lama:

- ¿Qué es lo que más le sorprende de la humanidad?

A lo que él respondió:

- Que se aburren de ser niños y quieren crecer rápido, para después desear ser niños otra vez; que desperdician la salud para hacer dinero y luego pierden el dinero para recuperar la salud; que ansían el futuro y olvidan el presente y así no viven ni el presente ni el futuro; que viven como si nunca fuesen a morir y mueren como si nunca hubieran vivido...

Quedé en silencio un rato y le dije:

- Pero, ¿cuáles son las lecciones de vida que debemos aprender?

Y con una sonrisa respondió:


- Que no pueden hacer que nadie los ame, sino dejarse amar; que lo más valioso en la vida no es lo que tenemos, sino a quien tenemos; que una persona rica no es quien tiene más, sino quien necesita menos y que el dinero puede comprar todo menos la felicidad...
Que el Físico atrae, pero la personalidad enamora; que quien no valora lo que tiene, algún día se lamentará por haberlo perdido. Y que quien hace mal algún día recibirá su merecido. Si quieres ser feliz, haz feliz a alguien. Si quieres recibir, da un poco de ti, rodéate de buenas personas y sé una de ellas. Recuerda: a veces, quien menos esperas es quien te hará vivir buenas experiencias. Nunca arruines tu presente por un pasado que no tiene futuro. Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida. Aún con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa: "Estoy bien".


sábado, 25 de julio de 2020

Diez años después

No creo equivocarme mucho si digo que la gente piensa que la mayoría de políticos no cumplen sus promesas. Los programas electorales son lo más parecido a un panfleto publicitario y los mítines de campaña un ejercicio de retórica hueca que solo consigue convencer a los que ya venían convencidos de casa. Y sin embargo, quien más y quien menos asumimos que así son las cosas, sin que le demos más importancia, sin capacidad ya para pasar facturas a esos incumplimientos.

Los hay quienes se conforma con cambiar su voto al partido de enfrente, aun sabedor de que de nuevo deposita su confianza en alguien que casi seguramente también le va a defraudar. Es como si nos reserváramos el derecho a elegir quién nos va a engañar. Pudiera parecer que a eso se ha quedado resumida la Democracia.

El 15M supuso un verdadero terremoto que exigía un cambio en las formas y, sobre todo, en los fondos. Al eslogan de “No nos representan” nos apuntamos muchos -tanto de izquierdas como de derechas-. Solo (y ya es bastante) reclamábamos sinceridad y coherencia. Pero cuando dentro de unos meses se cumplan diez años de todo aquello da la sensación de que aquella energía se ha ido perdiendo por el camino. Poca diferencia parece haber entre los llamados “viejos” y “nuevos” partidos.

Me encantaría pensar que me equivoco.


viernes, 24 de julio de 2020

Rabindranath Tagore y la Naturaleza

Un día nuevo para seguir aprendiendo a escuchar la naturaleza que nos rodea. Ella nos habla. No dice cosas distintas a la sabiduría. Algunos la llaman gigante de Dios.

Los árboles parecen ser los esfuerzos de la tierra para hablar con el cielo que escucha.

La. Naturaleza es un libro siempre abierto para nosotros. Aprender a obedecerla, no hay nada superfluo en ella. Nuestro espíritu viaja con ella. Ella no tiene prisa.

La vida nos ha enseñado que podemos desafiar las leyes humanas, pero no podemos resistir a la naturaleza. Que sea de verdad nuestra maestra. Y que los presente a sus mejores amigos cómo son el silencio, la música y ese algo maravilloso que nos deja en nuestro sentimiento.

Rabindranath Tagore (1861 - 1941)



jueves, 23 de julio de 2020

Soledad

Casi dos millones de personas de la tercera edad viven solos. Pero la cuestión verdaderamente importante es si esas personas son felices.

Lo primero es quitarnos el peso que conlleva la “felicidad” y saber que esa felicidad, efímera por naturaleza, no dura toda la vida. Es la suma de pequeños momentos, y pende siempre de un hilo. Deberíamos empezar a buscar momentos agradables, y aprender a disfrutarlos y apreciarlos. Tanto en compañía como en soledad.

Para alcanzar esos momentos de bienestar en la soledad es fundamental invertir en uno mismo. Hacer cosas que nos sientan bien es necesario para adquirir seguridad y autoestima. Puede ser algo tan sencillo como ver una serie que nos guste o escuchar música, aunque lo ideal, que requiera concentración, pues de esta manera se llega al estado de flow.

Para conseguirlo, podemos empezar por hacer una lista de cuatro o cinco cosas que nos gusten o descartar las que no. Si no nos gusta salir de copas hasta tarde, significa que nos gusta un tipo de ocio más tranquilo. Si no nos gusta la gente exagerada, significa que preferimos a las personas discretas, por ejemplo.

Encontrar el bienestar en la soledad no es igual para todos. Depende de factores como la crianza: no es lo mismo una persona que ha crecido en un ambiente en el que, aunque primasen el diálogo y el cariño y también se respetaban y se trabajaban los espacios individuales, que alguien que se ha criado en un contexto de mucha dependencia emocional. O, también, de si la soledad de la que hablábamos al principio es impuesta o elegida.

Alejandra izquierdo

miércoles, 22 de julio de 2020

La vacuna de Oxford

Según parece, cada vez estamos más cerca de encontrar una vacuna contra el dichoso coronavirus. Las noticias son optimistas, aunque con precauciones. Para empezar, precaución por los plazos. La vacuna no va a estar mañana a disposición de todos -y menos en todo el mundo-. Quisiera creer también que el coste real de fabricación y distribución se haga con precios razonables. El virus no distingue entre pobres y ricos, pero unos y otros si se hayan en diferente posición para responder al peligro.

Pero la buena noticia no nos puede hacer olvidar la raíz del problema (de este problema y de los que puedan venir -¡que vendrán!- en el futuro. Cada vez más, y de manera más acelerada, la Humanidad vive más de espaldas a la Naturaleza. La solución a temas como el cambio climático o nuestra vulnerabilidad a pandemias como la presente tiene que ver más con la exploración de una nueva vida en armonía con los reinos animal, vegetal, mineral, por supuesto humano que nos rodean.

No podemos olvidar la raíz del problema. Las soluciones fáciles raramente son las definitivas. Demasiado a menudo los milagros (tener vacuna en menos de dos años lo es) elude la búsqueda de responsables y la exigencia de responsabilidades.  A la ciencia tampoco se la puede dejar sola en el reto de superación de la pandemia. Ha de ir de la mano de la ética planetaria.

La palabra vacuna debiera ser despojada de su hálito divino, no debiera tener ninguna connotación mágica. No puede ser freno a la revolución verde y solidara pendiente, refugio de nuestros errores, excusa para eludir las grandes transformaciones que hemos de llevar a cabo. El antídoto sólo no basta. Es preciso remontar al ámbito de las causas. Depositar toda la esperanza en la tentadora vacuna es engañarnos a nosotros mismos, pues de esa forma eludiremos reparar en el verdadero origen de la crisis: las enfermedades infecciosas se multiplican con la destrucción de la Naturaleza.


martes, 21 de julio de 2020

Pablo Neruda - Oda Al Amor

Amor, hagamos cuentas.
A mi edad
no es posible
engañar o engañarnos.
Fui ladrón de caminos,
tal vez,
no me arrepiento.
Un minuto profundo,
una magnolia rota
por mis dientes
y la luz de la luna
celestina.
Muy bien, pero, el balance?
La soledad mantuvo
su red entretejida
de fríos jazmineros
y entonces
la que llegó a mis brazos
fue la reina rosada
de las islas.
Amor,
con una gota,
aunque caiga
durante toda y toda
la nocturna
primavera
no se forma el océano
y me quedé desnudo,
solitario, esperando.

Pero, he aquí que aquella
que pasó por mis brazos
como una ola
aquella
que sólo fue un sabor
de fruta vespertina,
de pronto
parpadeó como estrella,
ardió como paloma
y la encontré en mi piel
desenlazándose
como la cabellera de una hoguera.
Amor, desde aquel día
todo fue más sencillo.
Obedecí las órdenes
que mi olvidado corazón me daba
y apreté su cintura
y reclamé su boca
con todo el poderío
de mis besos,
como un rey que arrebata
con un ejército desesperado
una pequeña torre donde crece
la azucena salvaje de su infancia.
Por eso, Amor, yo creo
que enmarañado y duro
puede ser tu camino,
pero que vuelves
de tu cacería
y cuando enciendes
otra vez el fuego,
como el pan en la mesa,
así, con sencillez,
debe estar lo que amamos.
Amor, eso me diste.
Cuando por vez primera
ella llegó a mis brazos
pasó como las aguas
en una despeñada primavera.
Hoy
la recojo.
Son angostas mis manos pequeñas
las cuencas de mis ojos
para que ellas reciban
su tesoro,
la cascada
de interminable luz, el hilo de oro,
el pan de su fragancia
que son sencillamente, Amor, mi vida.


lunes, 20 de julio de 2020

Juan Marsé (Barcelona, 8 de enero de 1933 - Barcelona, 19 de julio de 2020)



- Procura tener una buena historia que contar, y procura contarla bien, es decir, esmerándote en el lenguaje.

-  En casa de mis padres, en la postguerra, apenas había una docena de libros. Antes hubo muchos en lengua catalana, según mi madre, pero, después de una purga preventiva por razones de seguridad, sólo quedaron dos.

- La juventud muere cuando muere su voluntad de seducción. (Últimas tardes con Teresa)

- La primera lectura completa del Quijote fue, por supuesto, una experiencia especial. Si recuerdo bien, al tercer intento lo leí de cabo a rabo.
    
- Yo soy ante todo un lector de ficciones, un amante incondicional de la fabulación.    

- Gracias a las ratas de la Barcelona gris, penitente y mísera de los años cuarenta, el cine propició y redobló mi natural tendencia a la hipnosis ante cualquier género de fabulación.
    
- Cuando uno era todavía un mozalbete presumido, ir al cine era algo que formaba parte de la cultura popular, un rito semanal en el que participaba toda la familia, toda la comunidad.
    
- Sabemos que el olvido y la desmemoria forman parte de la estrategia del vivir.
    
- Hay una memoria compartida, que no debería arrogarse nadie, una memoria que fue durante años sojuzgada, esquilmada y manipulada.
    
- Un escritor no es nada sin imaginación, pero tampoco sin memoria, sea ésta personal o colectiva. No hay literatura sin memoria.

domingo, 19 de julio de 2020

Millonaries for Humanity

La mayoría de los siguientes nombres no nos serán familiares:

Frank Arthur (Estados Unidos), Richard Boberg (Estados Unidos), Dr. Mariana Bozesan (Alemania), Rainier Brunet-Guilly (Francia), Bob Burnett (Estados Unidos), Ronald Carter (Estados Unidos), Duncan Clark (Reino Unido, Barbara Clayton (Canadá), Xandra Coe (Estados Unidos), James Colen (Estados Unidos), Cynda Collins Arsenault (Estados Unidos), Richard Curtis (Reino Unido), Barb Dank (Estados Unidos), Alan S. Davis (Estados Unidos), Pierce Delahunt (Estados Unidos), Abigail Disney (Estados Unidos)

Son algunos de los numerosos nombres presentes en un comunicado de gente con mucha capacidad económica, grandes fortunas, empresarios de éxito o, en resumen, “los ricos” del mundo. Ellos y otros muchos han firmado un interesantísimo comunicado en el que solicitan un radical cambio de los regímenes fiscales de los países que obliguen a quienes más tienen contribuyan aun más de lo que lo hacen al sostenimiento del gasto social. En resumen, sugieren “pagar más impuestos”, sabedores de que las legislaciones impositivas presentan, en la actualidad, numerosos resquicios por los que eludir la presión tributarias, hasta el punto de contribuir muy por debajo de la media social, muy por debajo de los que tienen menores ingresos, menor riqueza en suma.

Los firmantes del comunicado son minoría dentro de ese ámbito en el que se mueven, es cierto. Pero su mera presencia y, sobre todo, su paso adelante firmando ese comunicado es, en el mundo actual, un acto casi revolucionario. Quizás todo se quede en un gesto -un estético y solidario gesto y poco más-, quizás sea el inicio de un cambio de conciencia. Me inclino -escéptico como es uno- más por lo primero que por lo segundo. Pero la experiencia de la Historia también nos demuestra que los cambios sociales no son de un día para otra. Tiempo al tiempo.


sábado, 18 de julio de 2020

Antivacunas

¿Se imaginan un mundo sin vacunas? ¿Un mundo en el que la polio, la viruela, el tifus, la difteria, la tuberculosis, el sarampión y un sinfín de pandemias más camparan a sus anchas? Sinceramente, ni puedo ni quiero imaginarlo.

Si de algo ha servido la investigación científica no es necesariamente para que la Humanidad explore los confines del Universo -con toda la importancia que en sí tiene- sino para asegurarnos unas condiciones de vida mejores en tiempo y circunstancias. Por eso no entiendo que proliferen grupos y corrientes de opinión contraria a campañas de vacunación.

Cierto que la industria farmacológica y los laboratorios actúan en ocasiones con intereses bastardo, con prácticas en ocasiones abusivas, imponiendo condiciones propias de un comportamiento oligopolista, sabedores de que las condiciones del mercado les favorecen. A los políticos y gobernantes les tocará, en cada caso, poner coto a esos desmanes.

Pero eso no invalida la investigación que hay detrás, ni el incontable número de vidas salvadas por las campañas de vacunación en los cinco continentes. Los que renuncian voluntariamente a su uso se aprovechan de que su opción no es la opción mayoritaria. De alguna forma, se amparan de la llamada inmunidad de rebaño, como se dice ahora. Se amparan en que el riesgo de contraer alguna de esas enfermedades es menor porque la mayoría si cumple con el habito de vacunarse. Pero si esta opción negacionista de los beneficios de las vacunas se extendiera esa inmunidad de grupo caería en picado y los riesgos aumentarían, incluso entre los negacionistas.


Quien más y quien menos, todos estamos pendientes de los avances sobre encontrar la vacuna -o las vacunas- que nos saquen de la angustia que en los cinco continentes nos tiene sometidos el coronavirus. Llegara, no hay duda. Jamás en nuestra Historia -la de la Humanidad me refiero- se ha hecho una inversión en equipos humanos y medios tan importante.  Ese esfuerzo dará sus frutos. Pero más allá de las teorías cospiranoicas o no sobre su origen, no nos dejemos arrastrar al menos por los otros agoreros, los que ven en las vacunas más inconvenientes que beneficios, olvidando de un plumazo años y años de esfuerzos por erradicar tan terribles enfermedades.

viernes, 17 de julio de 2020

Greguerías de Ramón Góme De La Serna

1 Donde el tiempo está más unido al polvo es en las bibliotecas.

2 Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte.

3 Un tumulto es un bulto que le sale a las multitudes.

4 Tocar la trompeta es como beber música empinando el codo.

5 Como daba besos lentos duraban más sus amores.

6 Los rosales son poetas que quisieron ser rosales.

7 La luna es un banco de metáforas arruinado.

8 El filósofo antiguo sacaba la filosofía ordeñándose la barba.

9 El pensador de Rodin es un ajedrecista a quien le han quitado la mesa.

10 Los arcos de triunfo son elefantes petrificados.


jueves, 16 de julio de 2020

Silencios cómplices

"¿Qué pasaría si el mismo volumen que ha ocupado la pederastia clerical lo ocupara el tráfico de niñas para ser prostituidas?"
Se encargaron de que no supiéramos nada de lo que estaba pasando en Honduras, tras un golpe de estado pseudojurídico abonado por los poderosos de la tierra. Hasta que la increíble caravana de los desesperados ha hecho visible la tragedia.
Padre Melo: "La situación en Honduras es una auténtica olla a presión que continúa".
4 de cada 10 inmigrantes que van a México desaparecen: ¿Cuántos de la caravana llegarán a EE.UU.?
Donald Trump: "Si los de la caravana de migrantes lanzan piedras, se les disparará"
De san Romero de América se dijo varias veces que era “la voz de los sin voz”. Esa frase ha sido matizada otras veces arguyendo que lo ideal no era simplemente hablar por los que no pueden hacerlo, sino devolverles la voz a los que la han perdido.
Dejando ahora los matices y atendiendo a lo positivo, la tarea de ser voz de los sin-voz debe completarse hoy con la de hacer visible (y bien visible) aquello que nuestras democracias y muchos medios de comunicación se encargan de mantener invisible o apartado.
Hace ya muchos años abogué por “poner sobre la mesa de la familia humana todo el dolor del mundo” (Acceso a Jesús 1ª, p. 150). Entonces los hoteles de cinco estrellas, los cruceros del Corte Inglés y hasta los viajes a la luna, perderían importancia, calor y sabor, pero, a lo mejor, ganábamos un poco más de solidaridad y un poco más de fraternidad.
¿Qué pasaría si cada radio o cada televisión comenzaran sus informativos con noticias como estas: “ayer ocurrió una desgracia espantosa: murieron 30.000 personas de hambre, muchos de ellos niños”? ¿Qué pasaría si el mismo volumen que ha ocupado la pederastia clerical lo ocupara el tráfico de niñas para ser prostituidas?
“Ojos que no ven, corazón que no siente”, acuñó la sabiduría popular. Y los medios se han encargado de que no viéramos el dolor de Grecia, víctima de la aplicación abstracta de otro refrán (el que la hace la paga): tan abstracta que, envueltos en el nombre genérico de Grecia, la han pagado los que menos habían hecho.
Como se encargaron de que no supiéramos nada de lo que estaba pasando en Honduras, tras un golpe de estado pseudojurídico abonado por los poderosos de la tierra. Hasta que la increíble caravana de los desesperados ha dado a la tragedia cierto color de suspense y de folklore y ha hecho así que nos enteremos algo de ella.
El resultado de esa manera de invisibilizar las cosas es el dictamen de la mayoría de los sociólogos actuales: el mayor pecado de nuestra hora histórica es la indiferencia. Ni siquiera la maldad (de la que todos tenemos nuestra dosis), sino simplemente la indiferencia.
El antiguo “pan y circo”, modernizado hoy en “fútbol y apuestas”, nos hace invisible aquello que más necesitaríamos ver. En tiempo de Hitler había unos campos de concentración que no eran visibles para la mayoría de la sociedad alemana. Hoy, en frase del filósofo Agamben: “el campo (de concentración) es el mundo”. Y nosotros tan tranquilos.
Y al lado de las víctimas de la historia pongamos el ejército de desvalidos. Tocarán las trompetas de Jericó por el avance de nuestra ciencia que está alargando la vida humana. Pero los espacios de programas tan obscenos y repugnantes como “Corazón” nunca los ocuparán esos rostros de tanta gente de cierta edad que viven solos, sin nada que hacer en sus vidas, carentes de metas, de horizonte y de futuro y que, por eso, son vidas sin sentido. ¡Qué gran “Corazón” sería el que tratara de darles una buena experiencia, sea de tipo afectivo (como ha pasado a veces implemente en el contacto y amistad con un cuidador o cuidadora), o de tipo espiritual o cultural que, al menos, pusiera en su cotidianidad una pequeña meta que devolviera sentido a sus vidas!
Hacer visible lo invisible es una de las grandes necesidades y de los grandes deberes de hoy. Ya hace años, una religiosa norteamericana me dijo: en EEUU uno de los mayores objetivos de la izquierda ha de ser “dar informaciones alternativas”.
Hoy veo mejor que entonces cuánta razón tenía. Y digo todo eso porque hay caminos para ello. Entremos simplemente en la Plataforma “visibles.org”, creada para dar voz y visibilidad a causas justas invisibles, y para dar cauce a reivindicaciones ciudadanas. Entremos para ver las perspectivas que se abren y para abrir otras nuevas.
No hacerlo podría equivaler a entonar otra vez la inquietante estrofa de Bob Dylan: “How many times must a man turn his head, and pretend that he just doesn’t see?” (¿Cuántas veces debe un hombre girar la cabeza y pretender que simplemente no ve?)
“La respuesta, amigo mío, va volando por el viento”.
 José Ignacio González Faus

miércoles, 15 de julio de 2020

Nos engañaron



Nos hicieron creer que el lujo era lo raro, lo caro, lo exclusivo, todo aquello que nos parecía inalcanzable.

Ahora nos damos cuenta que el lujo eran esas pequeñas cosas que no sabíamos valorar cuando las teníamos y ahora que ya no están, las echamos tanto de menos.

Lujo es estar sano.
Lujo es no pisar un hospital
Lujo es poder pasear por la orilla del mar.
Lujo es una platica con amigos.
Lujo son las miradas.
Lujo son las sonrisas.
Lujo son los abrazos y los besos.
Lujo es disfrutar cada amanecer.
El privilegio de amar y de estar vivos.
Lujo es la felicidad por vivir.
Todo eso es un lujo y no lo sabíamos.



lunes, 13 de julio de 2020

A la fuerza ahorcan

Camino de los dos millones de infectados de coronavirus y más de 138.000 muertos y por encima de los 3.360.000 afectados a causa de la pandemia han debido ser suficientes para convencer a Donald Trump de llevar mascarilla. Eso o la proximidad de unas elecciones en las que se juega su reelección como presidente de la potencia económica y militar del planeta -o la segunda… que yo ya no sé en que posición están los chinos-.

Era cuestión de imagen, decían sus allegados. Pero la realidad es contumaz y tarde o temprano se impone. Primero se cayó del guindo Boris Johnson, el primer ministro británico; hace poco Bolsonaro, el presidente de Brasil, que decía que este mal no pasaba de ser una “gripinha”; una “gripinha” que se ha llevado por delante, de momento, 72.000 compatriotas y con más de 1.850.000 personas afectadas. Son cifras que dan para reflexionar.

Por supuesto que los políticos tienen derecho a equivocarse. Se supone que luego juzgarán las urnas la gravedad deseos errores. Pero se les debe exigir la máxima prudencia y responsabilidad en sus palabras y en sus comportamientos públicos. Y en ese sentido, los mencionados no son precisamente los ejemplos a seguir. Son muchas las personas sobre los que su actitud influye en su comportamiento diario.

Pero, como dic el refrán “A la fuerza ahorcan”.


domingo, 12 de julio de 2020

Cuando me sano a mi mismo traigo paz al mundo (Isha)

Como la brisa más fresca o el rumor de las hojas de los árboles al caer en el otoño, así las frases, reflexiones e ideas de los jubilados dejan de ser muros estratégicos y se posan en las jubiladas mentes -que no en las mentes jubiladas- para acariciarnos suavemente en el rostro o despertarnos de nuestro letargo con su experiencia.

Es la etapa en la que, como circulo concéntrico, aparece hoy y mañana también despedidas tiernas, elegías cariñosas reflexiones sobre temas de todas las edades. Temas como el amor, la libertad, despedidas tiernas, elegías cariñosas, homenaje a los sentidos, erotismo, política o sociedad, de experimentos lúdicos y de reflexiones sobre cuestiones tan universales como el amor, la amistad o la libertad, dejando en nuestras pieles hermosos sentimientos. Y así las hemos ido dejándolo caer sobre los que nos siguen.

Razón tiene ese proverbio que cuenta que un viejo sabio dijo una vez “En la vida uno tiene que ver en cinco direcciones: Adelante, para saber a dónde vas; atrás, para saber de dónde viene; hacia abajo, para ver el suelo que pisamos y si hay algún obstáculo; a los costados, para ver quiénes te están apoyando; arriba, para tener siempre presente que hay alguien que te esta mirando”.

Y mucha razón también en los pueblos indígenas africanos cuando, siempre antes de tomar una decisión importante, se piden la opinión de sus mayores, los mismos que han sabido estudiar en la universidad de la vida.


sábado, 11 de julio de 2020

Tejedor de realidades (Julio Andrés Pagano)

Cuentan que la curiosidad hizo que un niño descubriese la vital importancia de ayudar a crear entornos de paz, amor, luz y consciencia tejiendo sabiamente con los colores del alma.

- Abuelo, ¿puedo preguntarle por qué cada tarde lo veo sentado en este banco de la plaza sonriendo en dirección al Sol?”-preguntó tímidamente el niño mientras se mantenía a unos pasos de distancia, ya que no sabía qué tipo de respuesta obtendría. 
  
El anciano inclinó lentamente su cabeza, hizo una breve pausa, lo miró con gran ternura y con mucha paz le respondió:

- Estoy tejiendo.

El niño sonrió.

- ¿Cómo que está tejiendo abuelo -le dijo-, si no veo que tenga lanas de colores ni tampoco grandes agujas?

- Tejo realidades -mencionó el anciano-. Puede que parezca que aquí sentado no hago nada -continuó-, sin embargo, permaneciendo en calma hago que mi corazón cree un entorno armónico. También bendigo con mis pensamientos e intenciones a todos los que pasan por esta plaza para que tengan el mejor de sus días. Así es como voy tejiendo. Siempre los saludo con amor, les sonrío con franqueza, y si los veo medio caídos levanto mi bastón y les digo: `vamos qué se puede´. También le pido a los pájaros que me ayuden a darles fuerzas cantando, porque sus maravillosos sonidos revitalizan y sanan.

El niño estaba absolutamente asombrado. No podía creer lo que escuchaba, estaba acostumbrado a oír insistentemente que cuando uno se vuelve viejo ya no sirve para nada.

- En esta luminosa tarea de ayudar a crear entornos armónicos no estoy solo”-remarcó el anciano. Y extendiendo de par en par sus brazos exclamó- Mira la belleza que irradian los árboles, huele el maravilloso perfume que ,sin pedirnos nada a cambio, nos comparten las flores. Contempla el incansable trabajo de esas abejas, observa con cuánta libertad juegan los perros. Siente cómo te acaricia el viento. La existencia, a su modo, también está tejiendo. En mi caso disfruto tejer con hebras de luz, por eso cada tarde abro mi corazón para que los rayos del sol entren, me acaricien y se anclen en el suelo junto con mis sentimientos más puros, de manera que la madre Tierra sienta cuánto la amo. Sin importar la edad que se tenga, todos podemos ayudar a tejer el entramado de un mundo más consciente, sensible, solidario y humano haciendo que nuestras mejores intenciones viajen más allá de las fronteras. También podemos irradiar mucho amor para que las heridas se cierren, los corazones se abran y que cada uno alcance su máximo potencial descubriendo el poder transformador de las cosas simples”.

Los ojos del niño comenzaron a brillar. El anciano se acercó, le pidió permiso a través de una sonrisa y le dio un cálido abrazo.

Cuentan que el sol alumbró aún más fuerte para sumarse al encuentro. Y en ese instante, a modo de agradecimiento, el niño le susurró:

- Me voy a casa, abuelo. Tengo que ir a contarle todo esto a mi mamá, porque ella, que es de las personas a quien más quiero en este mundo, todavía teje usando lanas y agujas.


jueves, 9 de julio de 2020

Isabel Allende y reflexiones a consecuencia del coronavirus

Estaba el tiempo 'del antes', ahora estamos viviendo el 'del medio' y después será el tiempo 'de mañana'. Vamos a ver si el último es un poco más liviano y más claro del que vivíamos antes.

Creo que vivíamos en una situación insostenible, de un abuso contra el planeta, del clima, de la naturaleza, de otras especies... una sociedad de consumo sin ninguna vida interior y sin satisfacción interior tampoco. Creo que no vivimos en un mundo feliz, ni mucho menos. Es la primera vez, posiblemente en la historia, que hay una sensación de que somos una sola humanidad, que lo que le pasa a uno les pasa a todos. Estamos todos metidos en este virus, en cuarentena".

Vi morir a mi hija, hace 27 años. La vi morir en mis brazos, y me di cuenta de que la muerte es como el nacimiento, es una transición, un umbral, y le perdí el miedo en lo personal. Ahora, si me agarra el virus, pertenezco a la población más vulnerable, la gente mayor, tengo 77 años y sé que si me contagio voy a morir. Entonces la posibilidad de la muerte se presenta muy clara para mí en este momento, la veo con curiosidad y sin ningún temor.

Lo que la pandemia me ha enseñado es a soltar cosas, a darme cuenta de lo poco que necesito. No necesito comprar, no necesito más ropa, no necesito ir a ninguna parte, ni viajar. Me parece que tengo demasiado. Veo a mi alrededor y me digo para qué todo esto. Para qué necesito más de dos platos. Lo que me ha ayudado es a darme cuenta es de quiénes son los verdaderos amigos y la gente con la que quiero estar.

Esta pandemia nos está enseñando prioridades y nos está mostrando una realidad. La realidad de la desigualdad. De cómo unas personas pasan la pandemia en un yate en el Caribe, y otra gente está pasando hambre.

También nos ha enseñado que somos una sola familia. Lo que le pasa a un ser humano en Wuhan, le pasa al planeta, nos pasa a todos. No hay esta idea tribal de que estamos separados del grupo y que podemos defender al grupo mientras el resto de la gente se friega. No hay murallas, no hay paredes que puedan separar a la gente.

Los creadores, los artistas, los científicos, todos los jóvenes, muchísimas mujeres, se están planteando una nueva normalidad. No quieren volver a lo que era normal. Se están planteando qué mundo queremos. Esa es la pregunta más importante de este momento. Ese sueño de un mundo diferente: para allá tenemos que ir.

Me doy cuenta en algún momento de que uno viene al mundo a perderlo todo. Mientras más uno vive, más pierde. Vas perdiendo primero a tus padres, a gente a veces muy querida a tu alrededor, tus mascotas, los lugares y tus propias facultades también. No se puede vivir con temor, porque te hace imaginar lo que todavía no ha pasado y sufres el doble. Hay que relajarse un poco, tratar de gozar lo que tenemos y vivir en el presente.

Isabel Allende


miércoles, 8 de julio de 2020

Tolkien

John Ronald Reuel (1892 - 1973)


Sólo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado.

Donde no falta voluntad siempre hay un camino.

Los atajos causan largos retrasos.

En la duda, un hombre de bien ha de confiar en su propio juicio.

Quien no es capaz de desprenderse de un tesoro en un momento de necesidad es como un esclavo encadenado.

No todo lo que reluce es oro, ni toda la gente errante anda perdida.

El valor se encuentra en lugares poco probables.

Ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.

Es el trabajo que nunca comienza el que lleva más tiempo terminarlo.

A menudo, la esperanza nace cuando todo está desolado.

El visitante que escapó por el techo, lo pensará dos veces antes de volver a entrar por la puerta.

El que rompe algo para saber lo que es ha perdido el camino de la sabiduría.

Te advierto, si me aburres, me vengaré.