domingo, 12 de julio de 2020

Cuando me sano a mi mismo traigo paz al mundo (Isha)

Como la brisa más fresca o el rumor de las hojas de los árboles al caer en el otoño, así las frases, reflexiones e ideas de los jubilados dejan de ser muros estratégicos y se posan en las jubiladas mentes -que no en las mentes jubiladas- para acariciarnos suavemente en el rostro o despertarnos de nuestro letargo con su experiencia.

Es la etapa en la que, como circulo concéntrico, aparece hoy y mañana también despedidas tiernas, elegías cariñosas reflexiones sobre temas de todas las edades. Temas como el amor, la libertad, despedidas tiernas, elegías cariñosas, homenaje a los sentidos, erotismo, política o sociedad, de experimentos lúdicos y de reflexiones sobre cuestiones tan universales como el amor, la amistad o la libertad, dejando en nuestras pieles hermosos sentimientos. Y así las hemos ido dejándolo caer sobre los que nos siguen.

Razón tiene ese proverbio que cuenta que un viejo sabio dijo una vez “En la vida uno tiene que ver en cinco direcciones: Adelante, para saber a dónde vas; atrás, para saber de dónde viene; hacia abajo, para ver el suelo que pisamos y si hay algún obstáculo; a los costados, para ver quiénes te están apoyando; arriba, para tener siempre presente que hay alguien que te esta mirando”.

Y mucha razón también en los pueblos indígenas africanos cuando, siempre antes de tomar una decisión importante, se piden la opinión de sus mayores, los mismos que han sabido estudiar en la universidad de la vida.


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