martes, 31 de diciembre de 2019

20 siglos después

Comentaba recientemente una protagonista del espectáculo musical Jesucristo superstar que si el Nazareno viviera hoy entre nosotros no duraría mucho, pues su imagen de revolucionario que trastoca los hilos y sistemas del poder le acarrearían la condena o que le sumieran en la ignorancia pública.

No es un pensamiento descabellado. Si el Jesús que caminó por Judea hace mas de 20 siglos caminase entre nosotros creo que hasta sus mismos representantes no lo reconocerían, y como los sacerdotes judíos de aquella época lo mandarían a crucificar.

Pienso que si en su doctrina se establece que donde hay amor allí está Dios, lo lógico es que no viese con disgusto como la gente se hace amigos sin pedir el carnet de identidad, si pertenece o no a esta religión o aquel grupo ideológico. Estaría también de acuerdo con que dos personas se quisieran y expresaran su amor a través de una relación sentimental y sexual, independientemente de cual fuese su opción sexual. No vería de mala gana que la gente viviera esa dimensión con intensidad para sellar y confirmar su amor procurando no estuviera siempre ligada a la procreación y que por tanto utilizara responsablemente los medios para controlar la natalidad. Tampoco le parecería inoportuno que se empleara cualquier recurso en esa relación amorosa para evitar contraer una enfermedad, y que lo importante, independientemente del tiempo que estén juntos o se quieran, es que mientras la gente se quiere, se quiera al completo, de verdad, con la única condición de que sea una relación respetuosa y amorosa.

Igual hasta ese Jesucristo viviendo históricamente hoy no lo haría en el prepotente Israel sino el continente paupérrimo de África, y tendría la piel negra, viviría en un país no desarrollado y sus vecinos estarían asolados por la epidemia del sida o la miseria del hambre. Pondría los medios para luchar contra ello y denunciar cualquier situación injusta. Yo al menos me lo creo así.

lunes, 30 de diciembre de 2019

No te detengas (Walt Whitman)

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
si pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas…

(Versión de Leandro Wolfson)



domingo, 29 de diciembre de 2019

Cosas de la Navidad

¿Qué se puede decir o escribir de la Navidad que no haya sido dicho ya? Todo el mundo habla de ella, todos nos felicitamos, todos intentamos vivirla, todos nos ponemos de fiesta, muchos se hartan y beben a tope, otros no tanto, y muchos nada de nada. Por circunstancias crecí en un ambiente no estrictamente familiar, y lo de reunirnos a cenar y demás no era la práctica común. Hoy lo hago, pero como también puedo hacerlo un sábado más del año poniéndonos de acuerdo todos los hermanos.

La gente sale a comprar más, a gastar más. Conozco a uno que esa noche cena papas fritas y huevos fritos, pero claro luego va a casa de sus suegros y se hincha. En casa intentamos esa noche ser sencillos en las trapisondas comestibles.

Es verdad que es una fiesta grande, y como tal debemos celebrarla. Pero los deseos que nos trae la Navidad de felicidad, de fiesta, de compartir, de ser solidarios, de sentir la fraternidad y similares, que realmente se corresponden con el sentido de la fiesta, deberíamos hacerlos y tenerlos presentes todos los días de nuestra vida, del año. Como dice un amigo mío, Navidad es todos los días del año. Porque su sentido más hondo es religioso, y es Dios que se acerca al hombre y se hace uno mas de la historia y de la humanidad. Nosotros también somos de la historia y en ella debemos practicar cada día la solidaridad.

Mis deseos de esa navidad diaria quiero hacerlos partícipes en estos pequeños comentarios: intentamos cuando decimos “Felicidades” en estos días decirlo de corazón, no como rutina, si no deseando lo mejor para la gente que pueda leer esto. Intentamos “personalizar” la felicitación.



sábado, 28 de diciembre de 2019

Iguales y diferentes

Aquello que a unos fascina -y que por ello te felicitan- a otros les repugna. Y en caso de cuestiones que para uno puedan ser esenciales en otros es motivo de rechazo a tu persona y descrédito para con tus opiniones.

La vida es así. Ni es de color blanco para todos ni hay que atravesarlo caminando ni por el mismo sendero.

Hasta los médicos te lo dicen y lo hacen severamente. No se deje recetar por su hermano, vecina o quien sea. Lo que a uno le sienta bien al otro puede serle perjudicial.

Y es que sigue estando vigente aquel principio filosófico que reza “Siendo todos iguales, somos todos diferentes. Tan simple y ten complejo…

Y no por repetido es inútil recordarlo. Yo, al menos, necesito escribírmelo de tarde en tarde para tenerlo presente.

viernes, 27 de diciembre de 2019

Cada uno con su destino (cuento zen)

Un samurai, conocido por todos por su nobleza y honestidad, fue a visitar a un monje zen en busca de consejos, No obstante, en cuanto entró en el templo donde el maestro rezaba, se sintió inferior, y concluyó que a pesar de haber pasado toda su vida luchando por la justicia y la paz, no se había ni tan siquiera acercado al estado de gracia del hombre que tenía frente a él.

- ¿Por qué me estoy sintiendo tan inferior? - le preguntó, no bien el monje hubo acabado de rezar.
- Ya me enfrenté muchas veces con la muerte, defendí a los más débiles, sé que no tengo nada de qué avergonzarme. Sin embargo, al verlo meditando, he sentido que mi vida no tenía la menor importancia.
- Espera. En cuanto haya atendido a todos los que me han buscado hoy, te daré la respuesta.
Durante todo el día el samurai se quedó sentado en el jardín del templo, viendo como las personas entraban y salían en busca de consejos. Vio como el monje atendía a todos con la misma paciencia y la misma sonrisa luminosa en su rostro. Pero su estado de ánimo iba de mal en peor, pues había nacido para actuar, no para esperar.

Por la noche, cuando ya todos habían partido, insistió:
- ¿Ahora podrá usted enseñarme?

El maestro lo invitó a entrar y lo llevó hasta su habitación. La luna llena brillaba en el cielo y todo el ambiente respiraba una profunda tranquilidad.

- ¿Ves esta luna? ¡Qué bonita es! Ella cruzará todo el firmamento y mañana el sol volverá a brillar. Solo que la luz del sol es mucho más fuerte y consigue mostrar los detalles del paisaje que tenemos a nuestra frente: árboles, montañas, nubes. He contemplado a los dos durante años, y nunca escuché a la luna decir "¿Por qué no tengo el mismo brillo que el sol? ¿es que quizás soy inferior a él?"
- Claro que no -respondió el samurai-, la luna y el sol son dos cosas diferentes, y cada uno tiene su propia belleza. No podemos comparar a los dos.


Entonces, ya sabes la respuesta. Somos dos personas diferentes, cada cual luchando a su manera por aquello que cree, y haciendo lo posible para tornar a este mundo mejor; el resto son solo apariencias.

Paulo Coelho



jueves, 26 de diciembre de 2019

Objetivos, fines y medios

Los datos son demoledores: 736 millones de personas sufren pobreza extrema en nuestro desarrollado mundo. El 55% de la población mundial no goza de sistemas de protección social. El Banco mundial asigna un perfil de pobre a alguien que vive en una zona rural, con muy poca educación, que trabaja en la agricultura y tiene menos de 18 años.

Sin embargo, demostrado queda que las inversiones realizadas en el desarrollo y la transformación rural ha sacado de la pobreza a unos 750 millones de personas, aunque últimamente, el foco ha vuelto a desplazarse a las ciudades, por las oportunidades de empleo que da la rápida urbanización.

La ecuación no es fácil. Hay que reconocerlo. No hay dinero para todo, aunque mejor cabría decir, que esos fondos existen, pero no se destinan a esos fines.




martes, 24 de diciembre de 2019

El otro árbol de Navidad

No es la clásica estampa de la Navidad. Alegre, dinámica, festiva, de colorido. Nuestro árbol plantado en medio del camino, un trozo de naturaleza dejado de la mano de todos, lleno de nubes, puesto como a intención de hacer la jugada a alguien y en un día oscuro refleja lo contrario de lo que se dice en Navidad.

Pero ¿deja por ello de ser real? Navidad no es solo celebración. Puede ser también tristeza o luto. Igual lo real, en muchos casos es familia con problemas, no tanto nos referimos a los económicos y miseria, que también, sino a una navidad ficticia que nos coloca juntos a hermanos, que no se toleran, hijos que esconden sus vidas sus padres ocultándoles lo que en el cada día está llenando su tiempo, complicidad en la causa de algunos problemas sociales, desconfianza ante cómo programarán su futuro sus padres, recelos entre ellos…

Todos sentados en la misma mesa. Comen, beben, hablan de lo bien que ha salido el pavo al horno, de lo saladas que quedaron las papas arrugás o pelean con los chicos para que dejen los dulces para el final; de lo mal que está el equipo de futbol este año y no por todo ello se deja atrás el descorchar la botella de sidra cuyo recuerdo de familia unida y feliz guardará la foto del almanaque de enero. Terminada la comida, termina la fiesta. No da lugar a sentarse cómodamente en el salón contándose las peripecias del año. No hay mucho que hablar entre ellos. Muchos salen sin dar un beso a los que se quedan. Y aquí, como en los casos positivos, Navidad seguirá siendo todos los días, pero desde el litigio, la envidia y la discordia. No, no está fuera del contexto de esos días, el arbolito claroscuro que como policía de fronteras baja sus ramas para parar a aquellos que vienen muy deprisa.


lunes, 23 de diciembre de 2019

La octava isla

Por los años veinte muchos españoles tuvieron que salir a otro país porque aquí había hambre. No tenía ni para gofio y cebollas, nos contaba cuando éramos chicos. Los cubanos nos recibieron sin papeles -hoy por ti, mañana por mí…- y otros muchos se fueron a Venezuela, tantos que hablando hoy de este país se le llama también la octava isla del archipiélago canario.

Volviendo al ahora. Algo muy reciente:

20 diciembre en las Palmas. 119 venezolanos se reúnen en una arepera de la capital Gran Canaria para celebrar el día de Venezuela. Son invitados por el dueño, también venezolano. La alegría se hace fiesta. La música suena muy por encima de lo que es normal por las calles del entorno. Los vecinos, que desconocen las razones de la ruptura de su habitual tranquilidad reaccionan disgustados y alguien se acerca a pedir explicaciones al punto de origen del tumulto, un tanto disgustado.

Mas al enterarse del motivo cambian los malos modos por cucharas y bocadillos. Y tras ello, trozos de masa rellenos de guiso, pollo, carne, aceitunas y pasas, vino, refrescos para todos. Porque de todos es la fiesta, en concreto esa fiesta: la del día de Venezuela.


domingo, 22 de diciembre de 2019

Abrazos

He escuchado en la radio algo de un artista que hace una exposición no sé donde sobre abrazos, pues según manifiesta es una forma de liberar tensiones alrededor en nuestro mundo. Hace un tiempo hubo una campaña de esa índole en Madrid donde un grupo amplio de personas salió a la Puerta del Sol y abrazaban espontáneamente a los transeúntes. ¿Me da un abrazo, señor? ¿quiere usted un abrazo, amigo? Hoy estamos repartiendo abrazos. Y todos sabemos cuánto reconforta el abrazo de un amigo, y mucho más el abrazo tierno y prolongado de la persona que uno quiere y con quien se siente bien, a gusto y compenetrado.

Sería bueno que como el artista en cuestión cuyo nombre no recuerdo intentemos hoy salir de lo frío y morboso de nuestro ambiente e intentemos sonreír al compañero/a, al amigo/a, al vecino/a, al que va con nosotros en el bus, al que nos tropezamos sin querer en la calle. Sería bueno también que en las escuelas un día a la semana entre los niños y adolescentes estuviera dedicado a la sonrisa, a la amabilidad, en medio un día de globos y otro de serpentinas, por decir algo.

Si has llegado al final con esta lectura va mi abrazo y mi sonrisa, y cuando llegue a casa tanto yo como tu hoy se lo daremos con más gana e intensidad a la persona que queremos todos y cada uno de los días. O en nuestra imaginación a aquella otra a la que deseamos ver mas frecuentemente y no tenemos esa posibilidad.


sábado, 21 de diciembre de 2019

Risoterapia

Faltan solo unos días para comenzar la programación de este curso en una radio local, cuando le ha llegado a maestro Rodrigo la propuesto de pilotar una nave radiofónica en una emisora regional.

Entrevistas a personajes de la farándula o relacionados con ellos forman parte también, con la intención, no de frivolizar, pero sí de relajar parte de la transcendencia que parece empapar cada instante de nuestras vidas. 

Los días para prepararlo están contados. Su objetivo fundamental: aumentar la sonrisa e, incluso si llega el caso, las carcajadas. El mundo está demasiado serio; sonreír ya va siendo imposible. Ahora hay que aumentar su intensidad. Esta ciudad necesita escuchar carcajadas en todas las esquinas, para lo cual, Ernesto Rodrigo dice que va a poner toda la carne en el asador. Sin importarle mucho los impedimentos que puedan existir, el maestro Rodrigo se ha comprometido, arriesgando lo necesario, a volvemos a enseñar a reír.


viernes, 20 de diciembre de 2019

Pensamiento positivo

Dicen que muchas de las cosas que hacemos y proyectamos dependen de nuestros pensamientos y de nuestros estados de ánimo. Que quien mira la vida con espíritu positivo, construye espacios alentadores para si y para los demás, y que quien es al revés, pues al revés también fabrica, pues los pensamientos son algo así como una gran fábrica de energía.

Y siendo nuestra mente una gran fábrica, sin embargo, muchas veces la entrenamos de forma destructora, pues hacemos que venga sobre ella sospechas, fraudes, miradas negativas, fracasos, desalientos. De alguna forma y sin darnos cuenta, la estamos entrenando contra nosotros mismos, contra nuestra propia vida. Parece que quedó grabado en nosotros aquello de “piensa mal y acertarás”. Y puede que sea verdad eso de que pensando mal, el mal revierte sobre nosotros mismos y nuestras acciones. Entonces, ¿por qué no empeñarnos en lo contrario? En entrenar nuestra mente positivamente.

Es como si hiciéramos a nuestra mente con un estilo temerario, con lo cual nuestra vida no será nunca serena. Si queremos que el trabajo, las amistades, el disfrute, el placer transcurran con algo de serenidad, dejemos fluirnos de lo positivo, y vayamos eliminado las obsesiones y todo lo que no sea lógico de nuestra historia y vida.


jueves, 19 de diciembre de 2019

Más de Juan de Mairena (Antonio Machado)


 Uno de los medios más eficaces para que las cosas no cambien nunca por dentro es renovarlas -o removerlas- constantemente por fuera. Por eso -decía mi maestro- los originales ahorcarían si pudieran a los novedosos, y los novedosos apedrean cuando pueden sañudamente a los originales.

 Aprendió tantas cosas -escribía mi maestro, a la muerte de un amigo erudito-, que no tuvo tiempo para pensar en ninguna de ellas.

– El escepticismo pudiera estar o no estar de moda. Yo no os aconsejo que figuréis en el coro de sus adeptos ni en el de sus detractores. Yo os aconsejo, más bien, una posición escéptica frente al escepticismo. Por ejemplo: “Cuando pienso que la verdad no existe, pienso, además que pudiera existir, precisamente por haber pensado lo contrario, puesto que no hay razón suficiente para que sea verdad lo que yo pienso, aunque tampoco demasiada para que deje de serlo”. De ese modo nadáis y guardáis la ropa, dais prueba de modestia y eludís el famoso argumento contra escépticos, que lo es sólo contra escépticos dogmáticos.

– Nunca os aconsejaré el escepticismo cansino y melancólico de quienes piensan estar de vuelta de todo. Es la posición y más falsa y más ingenuamente dogmática que puede adoptarse. Ya es mucho que vayamos a alguna parte. Estar de vuelta, ¡ni soñarlo…!

– Vosotros sabéis que yo no pretendo enseñaros nada, y que sólo me aplico a sacudir la inercia de vuestras almas, a arar el barbecho empedernido de vuestro pensamiento, a sembrar inquietudes, como se ha dicho muy razonablemente, y yo diría, mejor, a sembrar preocupaciones y prejuicios; quiero decir juicios y ocupaciones previos y antepuestos a toda ocupación zapatera y a todo juicio de pan llevar.



martes, 17 de diciembre de 2019

Insomnio


En la noche, la oscuridad era la reina que iluminaba el cielo. Necesitaba que llegara el sol, que la mañana se hiciera. No podía dormir. En la casa, las sillas y todos los muebles estaban quietos. Pero al mismo tiempo, con los ojos ansiosos esperando que la puerta se abriera y entrara algo o alguien. Era una espera. Una noche sin dormir, con insomnio. Una espera larga de que llegue el día.

Me hubiera gustado saber pintar. Y dar juego a las acuarelas que un amigo había dejado olvidadas en mi casa. Me imaginaba jugando con el pincel, y las manos todas llenas de pintura.

Esa noche para colmo estaba solo. Y comencé a pensar en pintar el cuerpo de la persona amada, en lugar de un cuadro. Pensé que pintaba barquitas pequeñas en su vientre y que sus latidos las hacía mover. Moviéndose nos trasladábamos juntos más allá del horizonte. Mis manos quedaban ahora no solo llenas de pintura, sino también de la suavidad de su piel. Mis dedos de colores tocaban su cuerpo poco a poco, no había palabras, solo el encanto de sus roces. Y cierto, una noche en insomnio siempre es mejor acompañado que solo. Vendría el alba y la madrugada casi de repente, como si la noche hubiera pasado en un instante.