viernes, 13 de diciembre de 2019

El corazón del mar


Aquella mañana cuando tiraba de la red note que pesaba más de la cuenta, pensé ¡Por fin un día bueno en estos tiempos! Cuando la eché sobre la barca me quedé congelado. No, no era una sirena como estaréis pensando, era algo más extraño. Un gran corazón, sucio, olía mal y latía muy despacio. Entonces en mi cabeza empecé a escuchar una voz. Era el corazón que me estaba hablando.

- Hola, soy el corazón del mar.
- Entonces voy a devolverte a él.
- No, espera, antes de ello escúchame. Me estoy muriendo, la humanidad está terminando conmigo.
- ¿Y que puedo hacer yo? -le pregunté.
- ¡Mucho! -me contestó-. Cuando llegues al Puerto empieza a decir a toda la gente que te encuentres que hay que cuidar el mar, que no hay que sobrexplotarlo, que hay que respetarlo. Que te lo ha dicho el corazón del mar. La gente al principio te tratará de loco, pero tu continua. En verdad siempre se toma por loco a quien se sale de lo común.

Y así después de devolver el corazón al mar, llegue al puerto con un solo pescado, era mi cena y con ello me bastaba. Vendí mi barca y me convertí en predicador del mar... Sí, soy más pobre, pero más rico a la vez, porque sé que la supervivencia de la humanidad está en nuestra mano.




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