sábado, 30 de noviembre de 2019

Un cuento zen de Paulo Coelho


Después de haber ganado muchos concursos de arco y flecha, el joven campeón de la ciudad fue a buscar al maestro zen.

- Soy el mejor de todos –dijo–. No aprendí religión, no busqué ayuda de los monjes y conseguí llegar a ser considerado el mejor arquero de toda la región. He sabido que durante una época, usted también fue considerado el mejor arquero y le pregunto: ¿había necesidad de hacerse monje para aprender a tirar?
- No –respondió el maestro zen.

Pero el campeón no se dio por satisfecho: sacó una flecha, la colocó en su arco, disparó, y atravesó una cereza que se encontraba muy distante. Sonrió, como quien dice "podía haber ahorrado su tiempo, dedicándose solamente a la técnica", y dijo:

- Dudo que pueda usted hacer lo mismo

Sin demostrar la menor preocupación, el maestro entró, cogió su arco y comenzó a caminar en dirección a una montaña próxima. En el camino existía un abismo que sólo podía ser cruzado por un viejo puente de cuerda en proceso de podredumbre, a punto de romperse. Con toda la calma, el maestro zen llegó hasta la mitad del puente, sacó su arco, colocó la flecha, apuntó a un árbol al otro lado del despeñadero y acertó el blanco.

- Ahora es tu turno –dijo gentilmente al joven, mientras regresaba a terreno seguro.

Aterrorizado, mirando el abismo a sus pies, el arquero fue hasta el lugar indicado y disparó, pero su flecha aterrizó muy distante del blanco.

- Para eso me sirvieron la disciplina y la práctica de la meditación –concluyó el maestro, cuando el joven volvió a su lado–. Tú puedes tener mucha habilidad con el instrumento que elegiste para ganarte la vida, pero todo esto es inútil si no consigues dominar la mente que utiliza este instrumento.




jueves, 28 de noviembre de 2019

Charles Chaplin


- Nada es para siempre en este Mundo, ni siquiera nuestros Problemas.
- Me gusta caminar en la lluvia, porque nadie puede ver mis lágrimas.
- El día más desperdiciado en la vida es el día en el cual no nos hemos reído.
- La vida es para Disfrutar con lo que tienes, Sigue sonriendo...
- Un buen amigo es igual a una buena medicina   ...De la misma manera, un buen grupo de amigos es igual a una farmacia completa.

- Los Seis Mejores médicos en el Mundo son...
1. Luz del sol,
2. Descanso,
3. Ejercicio,
4. Dieta,
5. Autoestima y
6. Amigos.

- Mantenlos en todas las etapas de tu Vida y disfrutarás de una vida saludable...!
- Cree en ti mismo y disfruta del viaje llamado “vida”. ¡La vida sólo es una! Vive Hoy.




miércoles, 27 de noviembre de 2019

Consecuencias


Han pasado décadas, y aún quedan secuelas de la guerra de Vietnam -¿qué no quedarán de otras más recientes?-. Hablamos de guerras y pensamos en los que han muerto. Junto a ellos, también mueren muchas otras cosas, como son los principios y valores de vida.

Una de las principales víctimas de la guerra es la pobreza. Los estados nunca invierten en la rehabilitación de sus pobres lo que gastan en material bélico.

Justamente en los Estados Unidos, mientras libraba la famosa guerra en Vietnam, crecían los guetos de afroamericanos en las ciudades del país. Y en paralelo, los problemas derivados de la inseguridad, las tensiones raciales, la desigualdad real de derechos, en él ámbito laboral… circunstancias que también van a dejar su huellas en desequilibrios sociales y emocionales de toda la sociedad. Los mismos efectos, con las características peculiares de cada caso, se han ido y se irán percibiendo tras cada conflicto bélico.  

Mientras tanto, los políticos ignoran esta injusticia estructural y prefieren optar por el método liberal de resolver los problemas: se limitan a bajar las tasas de los impuestos a los ricos y privatizar los servicios sociales. A estas alturas, debería quedar patente que sin la solución de los desequilibrios estructurales la espiral seguirá creciendo. El poder ya no puede legítimamente demandar la obediencia a sus miembros más desfavorecidos. En esas condiciones, incluso la participación democrática queda cuestionada.

La conclusión que  Martin Luther King entresaca de este tema, y que esté blog hace suya, parece aun vidente: Nunca más abalaré con mi voto la violencia contra los oprimidos. Antes deberé exigir responsabilidades al mayor patrocinador de la violencia en el mundo actual cuál es mi propio gobierno.