martes, 10 de diciembre de 2019

Ansiedad


Tan familiar como algún que otro ramalazo de gripe le resultaban a Pepa aquellos momentos de ansiedad que a veces le venían.

Lo tenía calculado. ¿Que el estrés le pegaba duro? pues ella se preparaba para el momento oportuno. Y así dedicaba un mayor tiempo a actividades físicas.

Pero lo que no había experimentado es que aquellas preocupaciones fueran más constantes y sintiera más de una vez miedos sin sentido, cómo miedo a salir a la calle, a encontrarse entre mucha gente -agorafobia- y situaciones similares.

Y ya se acercaba al mes y veía como la vida de todo lo que le rodeaba seguía su curso normal. Alguien, al verla tan aturdida, le dijo que así no podía seguir y que necesitaba ser tratada por un profesional.

Es difícil cuando el pico de ansiedad se dispara pararse en todo momento a pensar y decir algo contrario. Especialmente tomar decisiones.

Más algo puedes hacer: Estás viva. El mundo no se acaba hoy. Y lo más seguro es que pasado tampoco.

Seguiremos hablando de estás cosas, que nos pueden afectar a todos.





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