viernes, 24 de febrero de 2017

A modo de introducción.

                    





Los autores de este blog, Txema y Armando, no somos vecinos ni tampoco del mismo pueblo. No fuimos juntos al colegio ni corrimos juntos aventuras juveniles. No coincidimos cuando uno va a Madrid o el otro a Canarias. Un día quedamos para comer en Valencia y se frustró la ocasión. Uno es más del tipo economista, el otro es más filósofo. Eso sí, los dos coincidimos en una cosa: nos gusta sentarnos en un montículo de la pradera o en una piedra a la orilla de la mar y mirar al horizonte, allí donde el cielo parece juntarse con el agua y formar una sola realidad.

Justo en ese momento aparecemos nosotros y el horizonte nos traga haciéndonos vivir en una misma ciudad, y es ahí donde nos hemos conocido; ciudad muy conocida por todo hijo de vecino. Unos la llaman tierra, otros la llaman planeta; algunos la conocen como la aldea global, y otros como cruce de caminos. Hay quienes la llaman océano y otros prefieren decirle mar abierto. Muchos la reconocen como civilización mientras que otros la llaman solo urbe. En todos estos casos siempre es un puente que une y nunca muros que separan y dividen. Siempre sumamos, nunca restamos; o al menos, esa es la intención. De ahí nace este "mapa", para nosotros importante, porque queremos seguir descubriendo las tierras y los mares que los horizontes nos puedan seguir brindando cercanos a nuestras realidades. Mapa que, desde donde se encuentren nuestros horizontes, nos lance a emprender nuevas rutas que nos lleven a enriquecernos con otras gentes, con otros pueblos cercanos, con otras costumbres. Mapa que, además, nos ponga cercano a ti, que nos lees, para emprender juntos un camino a otros nuevos "mapas de horizontes cercanos" que también nos acerquen a los demás -y a los demás con nosotros- dentro de la solidaridad mundial a la que aspiramos. Esa solidaridad que nos hace sentirnos responsables unos de otros, los sanos de los enfermos, los ricos de los pobres, los del Norte con los del Sur, y que cuando damos y recibamos, lo hagamos conscientes de la responsabilidad mutua, pues solo podemos dar lo que nos ha sido dado y, por lo tanto, nunca estamos por encima de nadie.


No hay comentarios:

Publicar un comentario