miércoles, 24 de noviembre de 2021

Los autobuses no tienen marcha atrás

Cuando era niña, vivía en La Pastora, en la calle donde los autobuses giraban 90 grados para dirigirse hacia la calle Dos Pilitas. En algunas ocasiones vi a estos autobuses quedar bloqueados, atrapados por la estrechez de las calles de mi barrio. 

Llegué de alguna manera a desarrollar la creencia de que los autobuses no tenían marcha atrás; que cuando se atascaban, debían pedir una grúa. No había otra solución.


Por gracioso que parezca, nos pasa a muchos, nos quedamos atascados en una falsa creencia y se nos hace difícil retroceder y revaluar si lo que creemos corresponde o no a la verdad. Cómo el autobús nos quedamos atascados. Con el tiempo, llegué a darme cuenta que los autobuses si retroceden y que no lo hacían, en aquella estrecha calle, porque no había espacio para maniobrar. Necesitaban la asistencia de una grúa para salir con solvencia e integridad. 


Así también nos pasa. Necesitamos, a veces, de la ayuda externa, cuando nuestra simple observación y crecimiento no son suficiente, para desatascar viejas creencias. Para comprender mejor la realidad y desmantelar las viejas creencias que nos atascan, que nos impiden el avance y nos dejan atrapados en una calle estrecha. 


Nuestras creencias tienen retroceso y podemos, al desmontarlas y ser conscientes, avanzar.


Carmen Cecilia López




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