martes, 3 de noviembre de 2020

Puertas al campo


Es fácilmente predecible. No necesita sesudos estudios de campo ni precisa ya análisis de las causas ni posibles salidas desde una perspectiva no partidista. Desde que empezó el baile, los primeros en ponerse el traje dé faena fueron los investigadores universitarios y lo dejaron bien claro: No son episodios aislados, no es fruto del azar, no vienen a probar suerte. Tampoco vienen para tener un sueldo superior al que tienen ahora. Vienen porque en su país pasan hambre. Vienen también porque tienen ideas políticas diferentes a sus gobernantes y las expresan en público. Vienen porque quieren que a sus hijos no les falte el pan de hoy ni el de mañana. Vienen porque no quieren que sus hijos pierdan la oportunidad de ir a la escuela por tener que ir a buscar comida en los basureros de las grandes empresas. Sí -oh, sorpresa-, de donde vienen hay empresas.

Tiempo atrás, los europeos, entre otros, con él pretexto de echarles una mano nos quedamos con la propiedad de sus recursos naturales y sus industrias y con los nacimientos de nuevos productos. Los pusieron a trabajar para ellos regalándoles cinco duros mientras se traían para Europa lo que ellos fabricaban al 150% más caro de lo que ellos se habían gustado. Descubriendo además otro tesoro escondido: africanos jóvenes inteligentes a los que se les regalaba estudiar en las mejores universidades de Europa y de América. Pero al acabar su formación, ofreciéndoles el oro y el moro, cerraban la posibilidad de que ese talento diera sus frutos en su país de origen y lo invirtieran en los países del primer mundo. Otra manera de explotar el reino de los actuales inmigrantes, apareciendo así los robatalentos o caza talentos.

Y vienen y siguen viniendo y nosotros no les queremos. Y aquí seguimos a base de impulsos, sin coordinación alguna. Se les sigue recibiendo entre policías, jueces y cárceles como si de delincuentes se tratara. ¿Para que nos ha servido los últimos e impresionantes avances de estudios?

Seguimos actuando sin racionalidad y así no hay manera de avanzar. No hemos comprendido que un problema no se soluciona atacando las consecuencias sino  resolviendo sus causas.




2 comentarios:

  1. Nos queda la conciencia de fraternidad universal.
    Está Tierra es de todos. Siempre habrá entre nosotros un nacionalismo oculto que defiende lo nuestro y ve un peligro en los distintos.
    Para mi, como seguidor del Maestro, quiero descubrir al mismo Dios en los que vienen en pateras.
    "Porque fui emigrante y me recibisteis"
    Está claro que igualmente necesitamos un orden en todo este problema, pero considerando a todos con la misma dignidad.

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  2. Los migrantes son testigos y víctimas de la violencia en sus países y tienen el valor de mostrarnos nuestra indiferencia y complicidad de lo pasa. Hay que tener valor para esta misión fundamental para el futuro de la humanidad y de algunos pueblos en concreto. No son subsaharianos, no son subalpinos no son subpirenaicos. Si les borramos el nombre y su país de procedencia no les podemos Acoger, Proteger, Promover e Integrar. Ubuntu para ti y los tuyos.

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