martes, 8 de septiembre de 2020

La Virgen del Pino (8 de septiembre)

 Cuenta la leyenda que un día, 8 de septiembre del ya lejano 1481, la Virgen se apareció a las gentes, posada sobre las ramas de un frondoso pino, envuelta en un resplandor, infundiendo paz en todos los que tuvieron la oportunidad de contemplarla. La noticia no tardó en extenderse hasta la cercana localidad que hoy conocemos con el nombre de Teror. Primero sus habitantes y pronto hombres y mujeres de rincones más lejanos se acercaban al lugar portando una piña que mojaban en las aguas del arroyo que corría a los pies del árbol. Era frecuente rogar a la Virgen la ayuda para resolver los problemas que les acuciaban y la tradición fue creciendo hasta convertir a La Virgen del Pino en la patrona de la Isla de Gran Canaria.

 

Con el tiempo, claro, aquel árbol, llamado el Pino de las Maravillas se secó, pero aun se conserva en la Basílica del Pino una cruz tallada con la madera de su tronco, para que los fieles puedan contemplar ese legado del pasado, convertido ya desde hace mucho en una de las costumbres imprescindibles cada año.


Porque hoy, más allá del sentimiento religioso de cada cual, tradiciones como la que nos ocupa son un referente que ayuda ha entender nuestra cultura, nuestro paisaje. Somos seres con memoria; una memoria que debemos conservar… y transmitir.




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