martes, 12 de mayo de 2020

Ilegales

Da igual que sean tiempos de coronavirus no. Si me apuras la situación ha empeorado porque no es un tema que ahora se debata en ningún foro oficial, ya sea político, social o de otro tipo. Pero no por ignorado deja de existir. Me refiero a los llamados “emigrantes ilegales”.

Y sin embargo, sabido es que la ONU ha recomendado -según he leído- la de adhesión de los países a la Convención Internacional sobre trabajadores migrantes. Menuda sorpresa me he llevado al descubrir que los países que componemos la Unión Europea ninguno la hemos firmado. Nosotros, los defensores de los derechos humanos, los paladines de las libertades, los que exigimos respeto a los derechos humanos a los países pobres. Para empezar el tema, es algo muy curioso.

De todos los que migran, los que no tienen papeles son también los que menos derechos tienen. Lo peor es que se les llaman personas ilegales. Sí, se les conoce en el lenguaje oficial como inmigrantes ilegales. Y yo, que me creía que todas las personas, sean cuales fuesen, somos legales. Pues eso significa que para ellos no sirve el derecho ni la justicia, porque si estas cosas están para las personas, y esta clase de inmigrantes son ilegales, la consecuencia del silogismo está clara. ¿Me estoy enrollando? Es posible, pero este lenguaje oficial hay que revisarlo. Todos los seres humanos somos iguales en dignidad, por tanto todos legales. Y la Convención de referencia habla de ello: que todas las personas, estén o no en situación regular, tienen derechos. Ya que, como se nos ha repetido hasta la saciedad, los Derechos Humanos son universales, indivisibles, interdependientes e irrenunciables.

Así pues, si este blog sirviera al menos para tomar conciencia de algunas cosas, me uno desde aquí a la reclamación de que pronto España y demás de la Unión Europea firmen la Convención Internacional citada y así pongamos en práctica los Derechos Humanos de los que nos confesamos creyentes.


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