lunes, 25 de mayo de 2020

Ununtu en tiempo de coronavirus (Día Mundial de áfrica)

Alguna vez tendríamos que tener conciencia de que vivimos en un mundo global, donde los fenómenos  globales no guardan ni respetan las fronteras, pero la solución depende del enfoque y las premisas de donde partimos.  África es el continente de la resilencia, su capacidad de superar las dificultades a lo largo de la historia es proverbial. Pudo superar la trata y el tráfico de esclavos por el Índico y posteriormente por el Atlántico hacia Europa y América. Con posterioridad sufrió el embate del colonialismo europeo, con efectos devastadores sobre sus habitantes. Las fronteras marcadas con escuadra y cartabón desde los despachos por los europeos, dividieron pueblos y familias para siempre. La reconstrucción de las viejas estructuras sociales y económicas, generan más problemas y la aparición de nuevos modelos y estrategias de colonización, hacen muy difícil mirar con optimismo al continente africano. Pero ya sabemos que África siempre se recupera de los atropellos, igual que otros pueblos del mundo.

Un instrumento útil para la recuperación es la transmisión de la cultura y el respeto a viejas consignas y reglas de convivencia. El uso del “nosotros” en el sentido comunitario, sustituyendo al “yo” individualista. La palabra es el vehículo y sostén de estos valores, que se transmiten a través de los cuentos y la práctica del UBUNTU, un cuento de los pueblos Ndowe-Bomanga, es decir, de los pueblos africanos de la zona atlántica, viene como anillo al dedo ante la pandemia por coronavirus.

Así comienza el cuento:

En los tiempos pasados, los animales de la selva, de los ríos y del mar, vivían en comunidad y practicaban el Ubuntu. La singularidad era solo para identificarse ante el otro. Los animales del cielo tenían alas y volaban, los terrestres tenían patas, caminaban por el suelo y podían trepar por los árboles. Los animales que vivían en el agua de los ríos y en el mar nadaban. También había animales que podían vivir en varios medios. Pese a tener distintas capacidades, todos los animales tenían claro que vivían en un mundo común y que tenían que respetar y cuidar en todo momento de todos y de cada uno al mismo tiempo. Como suele suceder, hubo un animal que un día se negó a respetar la consigna del Ubuntu, comenzó por no participar con los demás y así vivió sin hacerse cargo de los problemas de la comunidad; se trataba del murciélago. Cuando le convocaban para el entierro de algún miembro de la comunidad, se negaba, argumentando que la diferencia que mantenía le impedía ayudar. Si era un pez, argumentaba que él era un animal de volaba. Cuando el difunto era un pájaro, decía que no podía participar ya que no tenía plumas, pese a poder volar. Si el finado era un animal terrestre, argumentaba que no podía acudir por que él vivía en el aire. Pasaron los días y murió la madre del murciélago. Se vio en la necesidad de convocar al resto de los animales del medio para enterrar a su madre y celebrar el funeral en comunidad. Fue llamando a los animales de distintos medios; los peces dijeron que no podían, ya que el murciélago no vivía en el agua. Los pájaros admitieron su cercanía ya que el murciélago volaba, pero no tenía plumas como el resto y no tenía pico, tampoco podía huevos. Los animales terrestres también admitieron cierta cercanía ya que tenía piel y cara similar a ellos, pero no caminaba como ellos. Desesperado y en soledad, bajó al suelo para cavar la fosa donde iba a enterrar a su madre, como tardaba mucho y la norma era que el entierro tenía que ser de día, el murciélago pidió desesperado al sol que se detenga para poder enterrar a su madre de día. La respuesta del sol fue tajante, nadie puede detenerme para sus asuntos particulares, ya que tiene otras obligaciones con la naturaleza, son los animales quienes deben ajustarse a su horario. El murciélago desesperado enterró a su madre de mala manera y sin funeral comunitario. Desesperado, juró despedirse del sol y del resto de la comunidad de animales del medio. Es por esta razón por la que duerme de día para no ver al sol y colgado boca abajo para vigilar la tumba de su madre.

El murciélago había perdido el UBUNTU y se condenó así mismo a vivir soledad alejado del resto de los animales.


 La actual pandemia que afecta a todo el planeta, no debería tener soluciones parciales y egoístas; Una alternativa posible es la aplicación de los principios y reglas que ayudaron a Africa a superar los problemas a lo largo de la historia. El Ubuntu.

“YO SOY NOSOTROS Y VOSOTROS SOIS YO”

Feliz día de Africa, querido hermano.

Ubuntu para ti y los tuyos.

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