martes, 19 de febrero de 2019

Democracia formal y partitocracias


Se presentan para ser elegidos por un sistema político -sí, lo sé- con principios y métodos, y ofreciendo alternativas totalmente contraria a los principios de sistema democrático. Ha sido el caso de Estados Unidos, Brasil, Italia y, últimamente, una autonomía de España, Andalucía. Lugares donde los políticos elegidos pertenece a grupos extremistas con ideologías propias de la edad media.

La pregunta a hacerse es si es la democracia prevalecerá cómo fue ideada y a qué precio... y la respuesta no aparece estar suficientemente clara a día de hoy.

En aquellos tiempos de la transición española, cuando todavía no se habían acordado de la Constitución, escuché decir a Rafael Calvo Serer, en una conferencia del club prensa Canaria, que el gran peligro que tenía la incipiente democracia española era el de convertirse en una partitocracia. Y no hace falta rastrear investigar mucho para descubrir que esta problemática se está viviendo ya en la Democracia. Pero la trampa es aún mayor: si la izquierda pudiera gobernar, sería casi imposible tocar los intereses del poder reinante. Todo está bien atado, como apreciamos en Grecia: el Gobierno de izquierdas no pudo sostener una política diferente a la que impuso Europa (la troika) y fue masacrado. ¿Para qué sirve la democracia si las decisiones se toman en otra parte?

"Algo huele a podrido en Dinamarca", frase todavía más acertada si cambiamos Dinamarca por Democracia.




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