jueves, 7 de febrero de 2019

Resurección


Querías irte y no puse inconveniente alguno. Si es mi hora, si debo sufrir, me acerco a la cocina dónde la luz del sol no da tanto y me desahogo dejando que mis lágrimas lleguen al suelo.

Y veo como tú avanzas confusamente entre las partes estropeándolo todo con las huellas de tus botas, porque de nerviosa que estás no atinas a caminar.

Es entonces cuando recuerdo que hay una cosa entre los valles que se llama resurrección, y en mi visualización me veo volando por el aire de esos valles, preguntándome por qué es esa cosa de que en todos los sitios te miren y te inviten a quedar.




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