sábado, 25 de mayo de 2019

Escribir


Pasa unos días en su pueblo después del éxito de la presentación de su quinto libro. En conversación distendida con un grupo de viejos amigos surge de repente esta pregunta... ¿Por qué  escribes y en qué te fijas cuando lo haces? Su primera respuesta es un silencio, pero un silencio lleno de contenido que se está fraguando.

Nunca escribo sobre la realidad pero en ocasiones me dan ganas de meter mis miserias y lo hago. Intento evitar un aburrimiento entre los sectores no diciendo lo que yo siento. Escribo en cualquier parte. Lo hago por ejemplo mientras el niño se desayuna y mete la mano en la leche salpicando toda la mesa. Escribo porque hay sábados y es el día que suelo ir a ver a mi madre y siempre me siento un rato largo en su balcón lleno de geranios. La verdad es que leo más que lo que escribo y leo de todo desde novelas de guerra hasta historias del siglo pasado o, incluso, literatura erótica.

A veces me quedo sola escuchando mi respiración y aprovecho para luego escribir todo lo que de mí misma escuché que yo misma me decía. Escribo para decir lo que no me atrevo a decir. Otras veces escribo para decir lo que pienso. Pienso de forma oscura y cuando escribo me sale claro.

Y una cosa importante para mí. Pienso que estoy dibujando, haciendo lo que sea por el estilo y en esa postura me salen más cosas que sin ella, pero sobre todo escribo porque me gusta les invito a ustedes, mis amigos del pueblo, a que de vez en cuando cojan un papel y me escriban lo que han sentido o estado ha vivido a lo largo del día. Y si no le gusta me lo mandan que ya meteré la aguja para coser o remendar todo lo que pueda.

Cómo ven escribir no es nada complicado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario