martes, 8 de octubre de 2019

Contrastes


Uno de los compromisos que adquirimos en el recién creado “Póker de Amigos” fue el hacer caminatas por senderos que convergieran en nuestra ciudad y descubrir entre los cuatro que también en nuestro mundo hay cosas que brillan como el sol. Y así tras las montañas cercanas descubrimos un sitio donde el viento se lleva las malas palabras

Avanzando hacia donde nos llevaba el viento, encontramos escondido tras unos pequeños árboles un río, cuya corriente de agua venía llena de optimismo. Y desde allí nos orientaron a un rincón alejado donde no llega la luz de las bombillas y los matorrales abrigan el cielo azul.

Y la única línea de móvil que se ve es el vuelo de las águilas y a internet se conecta desde los hormigueros. Siendo la mayor sorpresa cómo las arañas pasaban al lado nuestro, cargando una sonrisa en cada una de sus patas.

Experiencia inolvidable e inaudita que no sabemos cómo trasmitir a los vecinos de nuestra ciudad donde la velocidad es quién manda.

Al día siguiente, cuando nos vimos, todos coincidimos en compartir la tortura vivida por la noche con el ruido de las motocicletas, el canto de los grupos juveniles al salir de sus fiestas nocturnas y los ladridos de los perros, entre otros.

Experiencia nocturna, que contrastaba con la  vivida la noche anterior pues en aquel lugar al que pocos dábamos importancia, solo se escuchó los susurros del aire, el cantar de los pájaros y el amanecer del gallo.



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