Un dato que manejamos: Uno de cada tres niños viven en extrema pobreza en los países en desarrollo. Otro dato que conocemos: en el mundo se producen alimentos para nutrir a más de la población existente.
¿No tendrían que coincidir de otra forma estos datos? ¿Si hay gente a las que no les llegan estos alimentos será porque se quedan por el camino? Puede ocurrir también que por el camino se encuentren con ladrones, indecentes, incluso asesinos que impiden su paso bien robándolas o llevándolas a otra parte donde los negocios producen más beneficio económico. En todo caso producir se produce, y los datos, comentarios y reflexiones que existen sobre el tema dan a entender que no es una mera coincidencia sino toda una orquesta organizada. Los que organizan el sistema han llegado a la última bajeza. Habrá que buscar por todas partes para que se acaben los entierros por hambre. Sabiendo donde están los que lo necesitan, no será muy difícil. Aunque habrá que darse prisa porque el cordón umbilical que hoy por hoy amenaza al padre de la humanidad no parece tan fácil de cortar.
La respuesta, me parece, es política mundial. No les interesa porque les produce unos beneficios que no constan en las estadísticas. Muy buena denuncia.
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