martes, 18 de abril de 2017

Cárcel


Venía sufriendo condena desde hacía unos años. La cárcel no es solamente un edificio con rejas. Puede ser también vivir sin dar amor y como consecuencia no sentir que le llegue de alguien. Lo había descubierto hace poco. En cuestiones de amor nunca había ganado. De todo lo que había vivido y hecho, hoy se pregunta: ¿con qué me quedo? ¿Es que no he hecho nada bueno? Sí. De fallos estaba llena su vida, pero también de cosas positivas en favor de otros; unas por su trabajo y todas por opción personal. ¿Por qué, pues, en estos momentos, luce más lo negativo y no se ven rastros buenos? De alguna forma tendría que romper las rejas de esa cárcel en que estaba morando, porque no podía estar a gusto sabiendo que molestaba y lo consideraban negativamente. Y pronto. Igual que, como recuerda el poeta, para que florezca la rosa hay que evitarle la sombra.


1 comentario:

  1. Qué bueno!!! Las rejas a veces las hacemos nosotros mismos. Lo bueno seguro que es de lo mejor, lo que sucede es que lo malo hace mucho ruido.

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