martes, 11 de junio de 2019

Sudáfrica 1 - España 3


La selección española de fútbol ha conseguido su primera victoria en el Mundial Femenino que se está celebrando estos días en Francia. Y remontando, porque comenzaron perdiendo el encuentro.

Eso ocurrió el pasado  sábado  y a estas alturas, el resultado es ya conocido, al menos, por todos los aficionados a este deporte. “Por todos” y eso es lo importante. Porque hasta hace muy poco tiempo, un partido de fútbol femenino pasaba desapercibido incluso para la prensa especializada. Tenía mucha más repercusión cualquier partido de segunda. Y no hablemos de la asistencia a los encuentros. Hoy la cosa está cambiando radicalmente. En nuestra propia liga ha habido partido con más de 30.000 asistentes, una cifra que son ya palabras mayores.

Crecen el número de licencias y el número de practicantes y hay cadenas de televisión que apuestan por la retrasmisión de todos los encuentros de un torneo, no solo las semifinales o la final. Las marcas comerciales patrocinan las camisetas y añaden su nombre comercial al de los equipos por los que apuestan. Buenos síntomas.

Pero estas cosas no ocurren por casualidad. Son un síntoma; el síntoma de que las mujeres van ocupando -poco a poco, pero lo van ocupando…- espacios antes reservados solo para hombres. ¿Quién no recuerda expresiones en las gradas de algún estadio de barrio, “recordando que el lugar de las mujeres era solo la cocina, en lugar de darles patadas al un balón”. A la que menos se la tildaba, como poco, de “machirolo”.

Tardaremos en ver cifras tan alocadas en los traspasos de las estrella de futbol femenino como las que se dan en el masculino. Pero hay cambios sociales -y en el fútbol también- que han venido ya para quedarse.




No hay comentarios:

Publicar un comentario