martes, 14 de noviembre de 2017

Poema sin rima

Los que te han visto saben que te ocultas. Y por eso, prisionera en tu casa, el único espejo donde mirarte es la oscuridad.

Que, aún con toda tu belleza y los zarcillos que te adornan, con esas piernas ágiles que parecen lirios del campo y que no quieren regresar, siempre va haber una mujer gacela que te alcanzará y a las tareas de casa volverás.

Desde mi ventana abierta las estoy viendo. Especialmente a ella de corta edad y fresca piel. Fue entonces cuando me dirigí al fantasma de mis sueños y le pregunté: ¿A quién conoces cuyo amor me invade? Y, soplando fuerte con el viento a su favor, el viento, a pesar de su ir en contra, a su lado acudió en plena medianoche, donde llegué a tener miedo de que me arrebataran de ti el alma y el aliento.


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