sábado, 3 de marzo de 2018

Lluvia


Estamos de enhorabuena. Ha llovido. La tierra parecía que iba a escaparse, el mar andaba con la boca cerrada. La lluvia ha venido como un regalo para ambos.

En las ventanas comienzan a verse dibujos en los cristales y parece como si aquel dolor que tenías ahora te escociera menos. “Quien la oye caer ha recobrado el tiempo en que la suerte venturosa le reveló una flor llamada rosa y el curioso color del colorado”, diría Jorge Luis Borges.

Mirando el cielo nublado estos días casi todos hemos sonreído. Ha llegado la lluvia. Que no llegue la tormenta. Que el campo necesitaba mojarse y no agua enfurecida que se lleve nuestra tierra al barranco. Y, como todo va en cadena, benditos los barrancos que limpian y se llevan toda la basura.




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