viernes, 27 de julio de 2018

Fronteras


Antes de la guerra del catorce Europa se distinguía por la seguridad que había dentro de sus fronteras. Después del 14 aumento la desconfianza no solo entre los responsables de los países sino también entre los mismos ciudadanos de unos países con otros. En ese momento filósofos e intelectuales de todo tipo se dedicaron a intensificar la necesidad de lavar y rechazar el conflicto pero su esfuerzo  fue en vano.

La experiencia bélica y la pobreza con la que muchos se encontraron lograron al final una estabilidad. Hoy la exageración de la crisis migratoria vuelve a  renacer pesadillas de dolor,  crisis y guerra en nuestros países.

Y así en Italia comienza a surgir un fascismo que criminalizan la inmigración, que prepara un censo de gitanos como ciudadanos de segunda categoría y ordena que se den menos permisos humanitarios.

De esta manera no se le hace caso a  estudios de intelectuales y científicos qué dicen que por cada euro invertido en refugiados el país de acogida consigue dos más al cabo de 5 años.

Y sin embargo la mayoría Europea sigue pensando en las alambradas como solución, cuando un análisis serio de la situación la pone de manifiesto y mientras no haya una política de cooperación conjunta por parte de todos los países europeos el flujo migratorio seguirá asistiendo con alambrada o sin ella mientras no seamos capaces de respetar los gustos derecho de acogida de los refugiados no solo seremos irreverente con la legislación internacional sino que no habremos aprendido de nuestro pasado.

(Extracto de un artículo de opinión en El Español)




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