jueves, 13 de julio de 2017

El tiempo por vivir


Cuando todo había evolucionado para mejorar, un color gris plomizo anidaba aún en la tierra. De pequeños los cuatro estábamos unidos. El problema y alegría de uno era también de los demás. Nos hicimos mayores y bastó que uno asumiera el papel de lejano para que todos nos sintiéramos así.



Hoy ya con las sienes plateadas a todos se nos nota el deseo de vivir la etapa de muchachos en que compartíamos cosas y hablábamos. La ley natural de que todo evoluciona para mejorar la especie, aquí no ha funcionado.



Lejos quedó nuestra blanca juventud. Ya hemos llegado al otoño de nuestras vidas. Es ahora que podemos asumir aquello del poeta: “Hemos andado muchos caminos; hemos abierto muchas veredas; hemos navegado en cien mares y atracado en cien riberas”



Es hora de que, sin prisas, nos contemos hasta donde hemos llegado y los sueños que hemos alcanzado. ¿Cuándo será el momento? Hace poco uno de los cuatro ha estado seis días en la UCI del Hospital. Según nos cuentan más para allá que para acá. Al despertar de nuevo encargó a su hija nos avisara a los otros tres. La enfermedad, los achaques de la edad, nos ha vuelto a reunir, a vernos, a hablar entre ellos, a llamarnos por teléfono. Ninguno ha sacado ropa sucia ni ha hablado del pasado. Hacemos bien: estamos a gusto viviendo el presente. Ello nos ayudará, sin duda, a un futuro mejor que el pasado.


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