viernes, 1 de septiembre de 2017

Lo verdaderamente importante

Era una noticia importante para ella y los que son como ella. No para los parlamentarios, que rechazaron la propuesta de sueldo que se hacía, ni para los periodistas que llenaban el Congreso que ni siquiera en letra pequeña hicieron un hueco para divulgar la noticia y que el pueblo supiera quien es importante. Muchos dirán: Total, ¡son gente sin estudios! ¡muchas de ellas no saben manejar un ordenador, y cosas similares que piensan, aunque no lo digan.

Pero si llegas al parlamento y los sillones están llenos de polvo, o aquel día tienen  una mancha de tinta, o la escalera donde se sienta el periodista de turno llena de tierra, ¿qué es lo que dirían?

Al fin de cuentas ¿quién es más importante: el que se sienta en el sillón parlamentario y levanta la mano para aprobar esto y rechazar aquello o la persona que quita el polvo y deja el entorno limpio para que esté cómodo trabajando? ¿Qué sería del despacho de unos ilustres abogados si antes de llegar ellos a atender a la gente no hubiere estado el personal de limpieza haciendo su trabajo?

Seguía pues sin entender qué dificultad puede haber en mejorar la situación laboral de las 200.000 camareras de pisos que existen en España, y, entre otras cosas para no poner los medios necesarios para que el trabajo que realizan no sea tan estresante. Y así, como empezó, terminó el día devanándose los sesos pensando qué puede justificar que no se sientan valoradas dado que su trabajo consiste en limpiar lo que otros ensucian. O sea, se valora a los que no limpian y se les sube al trono. Habrá, pues, que tener los pies en la cabeza para que los pasos que demos no sean ciegos.


Y cuando lo limpio sea valorado nos ofreceremos para hacer una limpieza general y tirar todo lo que les pueda estorbar para un mejor trabajo.


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