viernes, 6 de octubre de 2017

Con los ojos cerrados

Todavía lo seguimos haciendo nosotros con nuestros pequeños, como en otro tiempo lo hacían los mayores con nosotros. “Cierra   los ojos”, nos decían, y, al abrirlos, nos encontrábamos con la sorpresa que estábamos esperando o no.


Hoy, de mayor, me digo a mi mismo de vez en cuando el “cierra los ojos”. Pero por mucho que, relajado y distendido, pase un buen rato con los ojos cerrados, al abrirlos la sorpresa sigue evadida de mi realidad. Hoy mis sorpresas se quedan en la oscuridad, volando en la imaginación. Ayer mis sorpresas se hacían realidad, hoy siguen volando entre las nubes. ¿No habrá manera de volver a la tradición infantil? Seguiré cerrando los ojos al tiempo que visualizo mi deseo, y los abriré más tarde, al tiempo que planeo como mantener la unión con aquellos que tienen mis mismos valores para seguir haciendo un mundo de ojos abiertos que disfruten y gocen del resultado de sus esfuerzos.


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