martes, 15 de mayo de 2018

El aprendiz


Desde su propia reflexión personal valuaba sus primeros pasos en el mundo de la pintura  como el desarrollo de un mundo interior y exterior en todo lo que hacía. Se creía mejor que el anterior expositor. No solo lo pensaba, sino que lo decía.

Y ese era el problema. Mal está la falsa humildad, peor aún la arrogancia que, en su caso, ni siquiera era motivada.



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