martes, 14 de agosto de 2018

La eterna cantinela


A veces uno se pregunta en qué siglo estamos. Sí. Creo que es una pregunta para hacerse cada uno. Yo, al menos, no encuentro normal que corrientes partidistas se obsesionen con la nostalgia del pasado, un pasado que si por algo se ha distinguido por su culto al pensamiento único. Y así, desde ahí que estén programando ya la vuelta a la pena de muerte, el “NO al Aborto” y cosas tan similares que nos llevarán a vivir permanentemente encerrados en un búnker, en una caverna que ni siquiera tiene que ver con la de Platón.

Son por lo general cosas que no cuadran ya, que no podrían ser posibles en esta sociedad cambiada y cambiante, dónde la cultura por la convivencia ha avanzado desde hace siglos

Pero mi pregunta más fuerte es por qu hay tantísima gente todavía qué votan  esas consignas. Son corrientes de extrema derecha gobernando actualmente algunos de los países europeos.

Son corrientes de extrema derecha que en España comienzan a aparecer alzando su voz. Unos porque nunca se habían callado y otros porque comienzan a rescatarla de nuevo tan pronto han sido elegido presidente o mandamás de una formación política. No me ilusiona ver a mis nietos cantando el “Cara Al Sol” o “Montañas Nevadas” en la puerta de los colegios.

Pienso que en España hay de todo esto un histórico que va desde la Valencia popular de Fraga al PP de Casado que, en su apariencia física juvenil, quiere volver a recrear en nosotros una mentalidad antigua. Si. Hay algunos también que estarán contentos  puesto que todo ello  puede volver a traerle más vacaciones fiscales.

La esperanza, pues, sigue puesta en las clases sociales sencillas que sean capaces de descubrir -cosa que no es tan difícil- quiénes serán los que mejor podrán conducir a este país a un cambio, donde los pobres cada vez estén menos empobrecidos y los ricos no se enriquezcan a costa de los demás.

Pero para eso hay que aprender a separar la mies de la paja…




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