jueves, 22 de noviembre de 2018

Viejos amigos


Hay dos amigas con las que en nuestra juventud trabajamos juntos en actividades educativas de niños y preadolescentes en su tiempo libre. Esas actividades estaban orientadas para ayudar a cambiar aquello que veíamos mal.

Los tres debíamos tener los mismos ideales y trabajar conjuntados. La unión, la confianza y la sintonía entre los tres fue exquisita. Compartimos nuestros sentimientos, nuestros enamoramientos y hasta nuestras sensiblerías. Y curiosamente ninguno de los tres se sintió atraído por el otro. Nos hicimos mayores y la vida, el trabajo, la familia, el barrio, cosas todas naturales, nos separó.

Nos separó sí. Pero no nos desunió. De tarde en tarde nos vemos y empezamos a hablar y compartir de todo, corriendo de aquí para allá, de un tema y un recuerdo a otro, para que no se nos quede nada en el tintero. Y todo, desde el principio hasta el final, resulta como si nos hubiéramos visto ayer.



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