Por segundo año consecutivo,
las manifestaciones y actos conmemorativos del día de la mujer pueden,
objetivamente, considerarse un éxito. Había miedo de que la respuesta social
fuera menor. Sabido es que no es extraño que, tras el éxito de una primera
edición, las siguientes vaya decreciendo en interés hasta que finalmente acaban
languideciendo.
Pero el interés de cada
convocatoria -de las celebradas y de las que tengan que venir- se mantendrá en
tanto en cuanto se vea que son útiles y que esa utilidad se plasma en resultados:
en derechos ganados por las mujeres, en la consecución de planos de igualdad en
la mayor cantidad posible de aspectos de nuestras vidas.
No debería ser difícil; son
tantas las desigualdades reales que cualquier punto ganado será bienvenido.
Pero, al mismo tiempo, precisamente son tantas esas desigualdades reales que pueda
parecer que no se avanza.
Hay tantas razones para ser optimista como para ser
pesimista, depende de la forma en la que cada cual prefiere leer la Historia -la
Historia, con mayúscula-.
Sintética reflexión.La historia con mayúscula es la historia de los procesos colectivos la que tiene peso real en los libros y en los medios. Esa historia la entiendo como poderosa , quizás de logros pequeños pero importante si la vemos con proyecciones , es la historia que tiene futuro. Yo me quedo con el optimismo.
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