miércoles, 19 de septiembre de 2018

Cada cual


Parece un estribillo que de una forma u otra nos repetimos en nuestros post ya sean de reflexiones o de historias... y es que una de las maneras de aprender a ser nosotros mismos es a través de los demás. No son solo nuestros padres y nuestros familiares cercanos sino sobre todo los cientos de personas con las que nos encontramos en nuestra infancia y sobre todo en nuestro desarrollo adolescente.

Pero al mismo tiempo, los demás puede ser la mayor dificultad para el logro de nuestros ideales. Que los demás puedan influir en nosotros no significa que tengamos que ser repetidores de lo que hacen o piensan los otros.

Al final no será lo que los otros quieren que seamos, sino lo que nosotros queremos de nosotros mismos.

No se puede vivir preocupado por lo que otros piensen de uno. "Los ojos de los demás son nuestras cárceles, sus pensamientos nuestras jaulas". Es una reflexión de Virginia Woolf, que sabía lo que se tenía entre manos al ser protagonista en una sociedad -la victoriana-, dominada por los hombres y donde la mujer no tenían ningún tipo de papel.

Confianza en mí mismo. Aceptarnos. ¿Me quieres de verdad?. El verdadero amor no pone condiciones. Es  el que acepta a los demás tal como son. Al vivir rodeado de gente por todas partes no solamente está lo positivo que ellos nos pueden enseñar si no las críticas que nos puedan hacer. Nadie nos va a librar de ellas como los demás tampoco se libran de las nuestras. Aristóteles, el gran filósofo, contaba así el truco que él tenía para evitar la crítica: "Solo hay una manera para evitar las críticas; no hacer nada, no decir nada y no ser nadie”.

Nadie dijo que el camino hacia la autenticidad fuera fácil. Eso sí,  empieza ahora. No lo dejes para mañana. Tu tiempo,  el mío y el de todos es limitado.



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