domingo, 9 de septiembre de 2018

Pensar, ser, hacer...


Esta de moda. Casi todos lo tenemos presente en nuestras conversaciones. Y vamos siendo más los que no lo dejamos en palabras de ocasión, sino que lo guardamos en nuestra mente. Me refiero a eso de “Vivamos el presente”. Lo anterior ya pasó y hay que asumirlo recordando lo positivo. Lo que de negativo pudiera haber lo asumimos como una lección práctica de lo que no debemos hacer. Libros, artículos, reflexiones, películas sobre el presente se multiplican cada día por un número mayor.

Eso sí. Vivir el presente está relacionado con la forma con que cada uno percibe el mundo que le rodea. Todos tenemos los mismos sentidos y, sin embargo, las interpretaciones que damos son muy diferentes. Nuestro cerebro procesa la información y la interpreta de una manera concreta y personal. Esta variedad es lo que enriquece nuestro entorno inmediato y hace que el mundo sea lo que percibimos.

Cuando uno tiene un modo de vida basado en el pensamiento, en lo que ha hecho y hace puede hacerle sentirse feliz. El problema puede estar en algo muy sencillo de cambiar. El problema es que NO PENSAMOS.

¿No sería bueno una revolución del pensamiento? Que no nos quepa la menor duda: si queremos SER tenemos que HACER.



No hay comentarios:

Publicar un comentario