viernes, 28 de septiembre de 2018

Roma ardía


El recuerdo del imperio romano, su poder e influencia, sigue sonando en la Historia de la humanidad. Sigue resplandeciente como un acero. Espacio lleno de turbias pasiones, de banquetes sin límites.

Por ello, mientras Roma ardía, su resplandor dominante nos invadía de sangre y el frío se hacía azul como la piel de los muertos. Mientras Roma ardía rebotaban lentamente gritos en la calle. El ojo del silencio era como un muro en la noche qué detenían los puñales que de allí llegaban.

Mientras Roma ardía no se oían las pisadas de los otros, los árboles no daban sombra, estaban desnudos, ninguna voz, ninguna luz. No se si alguien vio como caminaba hacia la muerte con el miedo siendo mi dueño.






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