jueves, 13 de septiembre de 2018

Kaos


Como a casi todos a él también. Era consciente de que se había enamorado. Justo en aquellos días había participado en un curso de psicología proactiva donde el punto de insistencia había sido el centrarnos en el momento presente. Aquel día, cuando se dio cuenta de su enamoramiento, pensó que estaba comprometiendo su futuro.

Por la noche en su cama mirando el azul del cielo que le entraba por su ventana abierta: ¿vivir el presente? Claro. No voy a dejarlo. Al contrario.  el presente  sirve para construir el futuro; hoy de repente me he visto crecer; en mí no hay ningún tipo de desaliento; pase lo que pase, sigo soñando; en mí van creciendo nudos en el corazón que sí, que me atan a una persona pero al mismo tiempo -y con una fuerte intensidad- me hacen más libre; comienzo a amar en concreto y, sintiéndome contento, pido a la vida que en mi mesa nunca falten margaritas.

Hay quienes se extrañan porque siendo yo tan organizado, de repente, me comprometa con algo desconocido. Y es que a veces la vida improvisa, te desordena y te desborda los programas. Y me pregunto: ¿quién puede? ¿Quién puede ponerle frenos a la mar? Ella ha venido para lo contrario: para abrir las fronteras y cruzar el horizonte. Alcanzarlo será nuestro futuro.




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