sábado, 8 de septiembre de 2018

Gratitud


No todo el mundo está capacitado para practicar la gratitud. Detrás de una persona agradecida está el convencimiento personal de que todas las personas somos incompletas y una por una cosa y otra por otra, nos necesitamos mutuamente.

Estamos aquí para cooperar y no para competir o confrontarnos unos contra otros, que es justamente como estamos organizados en la sociedad y así es como nos gobiernan; y así es también como nos divertimos. Sí. Pensemos en el deporte, desde el fútbol a la vela latina, son una competición y además pagamos por verlos.

Estudios recientes tienen como conclusión que las personas agradecidas enferman menos, el corazón les camina mejor y son en general más felices. También son más generosos y, por la experiencia recibida, están dispuestos a ayudar a otros.

Ser agradecido es un pozo sin fondo. No hay límite para vivir la gratitud. Justo por eso, porque somos agradecidos, estamos más dispuestos a ser portadores de otras virtudes, pues la gratitud no solo es la más grande de todas las virtudes, sino que engendra a las demás.

Quién no sabe agradecer da por sentado que todo se lo merece y que lo que ha conseguido se debe a su exclusivo esfuerzo. Pero quién ha pasado por dificultades sabe el valor que tiene la ayuda de los otros.




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