jueves, 26 de septiembre de 2019

Pura envidia


¿Que reconoce que es envidioso? Si es así me quito el sombrero. Será la primera persona reconociéndose así. Y si no, hagamos una encuesta. Preguntemos a la gente que  encontremos por la calle: ¿es usted envidiosa  o envidioso?  Prácticamente todos te dirán que no

Cambia la pregunta: ¿son envidiosos los españoles? Y casi seguro que verás radicalmente todo lo contrario a la pregunta anterior. La mayoría te dirá que sí y mucho.

La envidia por tanto es eso que tiene casi todo el mundo pero que no tenemos nosotros. La envidia es cosa de los demás, por lo que se ve.

Fue Unamuno quien se atrevió a decir que la envidia era española. Pero como este tema también está para presumir, otros autores afirman que era de su nacionalidad. Octavio paz dijo que era mexicana; Balzac la calificó francesa. A Isabel Allende la hemos escuchado decir que su país, Chile, es el país de la envidia.

Tal vez  convendría apoyar la  ocurrente iniciativa de alguien para convocar los Juegos Olímpicos de la envidia. Y saber que decir quién es el vencedor, quién ganará la medalla y por supuesto quienes quedaremos indemnes de certificados sobre si somos o no envidiosos.

Pero en esos juegos queda claro que quien gane la medalla del resto despertará la envidia de sus competidores.



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