viernes, 23 de febrero de 2018

Aquí un amigo


Eso es, por lo que cuentan, la expresión con la que habitualmente se despedía Antonio Fraguas –“el Forges”-, que esta madrugada nos dejaba para siempre. 76 años lúcidos y bien aprovechados.

Hay quien siempre ha comenzado la lectura del diario en el que publicaba sus viñetas por el chiste de Forges, después ya repasaba el resto de secciones -nacional, internacional, economía, deportes y demás-. Con eso, ya se hacía una idea de por dónde iban los tiros en este país.

Sus personajes -Concha y Mariano, El Blasillo, sus orondos oligarcas, esos funcionarios anónimos, esas amas de casa, los empleados agobiados, sus naúfragos, sus estudiantes sin muchas perspectivas de futuro...- eran el retrato de una sociedad, la española, que campea como puede la crisis (ésta, las anteriores o las que vengan), con una actitud casi filosófica.

Forges no era un simple dibujantes, era un fotógrafo que -no sin ternura- nos ha retratado a todos en algún momento. En sus dibujos nos hemos visto reflejados todos: nosotros mismos, nuestros vecinos, nuestros jefes, nuestros compañeros de barra de bar. Todo ello sin acritud, sin ganas de herir, pero sin quedarse nada en el tintero.

Por eso no es extraño que su manera preferida de despedirse fuera con un simple “Aquí un amigo”.  



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