domingo, 11 de febrero de 2018

La piscina


El sol brillaba con fuerza y caía de lleno sobre su cuerpo cubierto solo con un bikini. Al lado su amigo Juan, tapado con una toalla, quería evitar que los rayos solares le enrojecieran. Su cuerpo, sin embargo, se balanceaba de un lado a otro procurando en cada movimiento quedar más pegado a ella.

En uno de esos movimientos deslizó una mano hacia su cuerpo y los bordes de las palmas de sus manos se juntaron. La marea subía poco a poco y las salpicaduras de cloro rociaron sus cuerpos. Deslizando su mano derecha sobre la cintura de ella, al tiempo que sacudía el agua de su piel la atrajo suavemente hacia sí.  Era la primera vez que sentían ambos el calor corporal uno del otro. Era además la hora de la siesta y sentían estar saboreando un dulce postre.





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