sábado, 24 de febrero de 2018

Globos sonda

Circula por los ministerios de Economía y Hacienda y de Trabajo un borrador, según el cual el contrato de becario pueda extenderse a trabajadores de más de 45 años. Recordemos que este tipo de contratación permite salarios que no superan el 75 por ciento del salario mínimo y no generan “desempleo”, tampoco derechos para una futura pensión.

¿Dónde está el límite? Ahora que se supone que la crisis -o lo peor de la crisis- ya ha pasado, la avaricia de determinada clase empresarial sigue pensando que el beneficio a corto plazo justifica cualquier propuesta.

Y digo que “a corto plazo” porque la aplicación real de estas propuestas significaría, no solo la miseria para muchos, sino el fin del sistema de pensiones, el descalabro de los niveles de consumo y, a la postre, más empleos precarios, una nueva crisis económica y más desempleo. ¿Hasta dónde se puede estirar la goma? ¿Puede el egoísmo de unos pocos acabar con las expectativas de una vida digna de la mayoría?

Quiero creer -como ocurre en la mayoría de los casos- que este borrador no pasará de ser una ocurrencia y que no llegará nunca a plasmarse en una ley o un decreto. Pero la mera constancia de su circulación por las mesas de algunos ministerios no deja de ser un aviso a navegantes. Quizás esa sea su intención final, la de marcar el territorio y que acabemos pensando que aún podríamos estar peor.



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