viernes, 26 de octubre de 2018

Diario de mí segunda semana en el reino de Yuppi


Día uno.
Está amaneciendo. No pasan coches todavía, pero sí escucho a algún pájaro el nuevo día. ¿Por qué entonces maúlla un gato?  ¿Qué es lo que sabe ese gato y no cuenta?


Segundo día.
No le conozco. Recitaba su poema subido a una silla en la calle Mayor. Me ha gustado... Es una de esas personas anónimas que derrochan talento.


Tercer día.
¿Absurdo? Absurdo es un saco de tela gris, donde la gente guarda lo que no entiende. Está lleno.


Cuarto día.
Engreído, prepotente, frío y déspota… me quería contratar de lunes a viernes con descanso el domingo y el sábado. Aunque no me haga millonario prefiero mi sagrada costumbre: trabajo sábado y domingo y descanso de lunes a viernes.


Quinto día.
Ayer, si tengo tiempo, te escribiré poemas viejos.


Sexto día.
Tocaron en la puerta de mi casa. Lo sé porque el manillar tenía la huella de un dedo sucio y yo soy muy maniático de la limpieza manillar.


Séptimo día.
Han premiado mi esfuerzo en él curro a partir de ahora por la mañana no hago nada y por la tarde descanso.




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