lunes, 21 de enero de 2019

Ingenuos...


Cambió de armario y dejó todo su contenido sobre la cama. Una a una repasó todas sus blusas y fue tirando en una bolsa aquellas que tenían el cuello o los puños un poco pasado. Y vio como sus bragas y medias no le hacían feliz.

Y comenzó a pensar cómo conjugar el orden la armonía, la limpieza y la austeridad en su nuevo armario. Había escuchado unos criterios procedentes de la nueva cultura japonesa y quería ver cómo implantarlos en su casa.

Y poco a poco se fue dando cuenta de quien, en esto como en todas las cosas, no es lo mismo predicar que dar trigo, no es lo mismo lanzar una teoría qué ponerla en práctica, tomando una vez más conciencia de que detrás de cada teoría había una marca comercial que impulsaba su venta.

En aquel momento se arrepintió de haber tirado un armario, que apenas hacia año y medio había comprado, por dejarse llevar por una propaganda bien planificada.



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