miércoles, 14 de junio de 2017

Raíces


Creció entre bombas molotov, cuchillos eléctricos y virus desconocidos. Recuerda cómo en la escuela se enfadaban los maestros cuando se portaba mal. Enfados que eran como golpes de vara de hierro. Cuando para rubricar sus estudios tuvo que presentar una tesina que enlazara con aspectos de su vida en tonos parabólicos proponía cosas tales como “administremos el horror como se administra un hotel en playas tropicales”, o “después de muerto llevémoslo en un ataúd a participar en una competición de vecinos". No logró liberarse de la educación recibida. Su subconsciente le seguía dominando.


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