lunes, 30 de abril de 2018

Volando


Desde pequeña, cuando podía disfrutar jugando a las muñecas, ya sostenía niños en sus brazos. Y perdió aquello en lo que somos educados en la infancia -aunque no nos demos cuenta- cual es descubrir que en la vida no solo hay un modo de caminar, sino infinitos de ellos.

Y ahora que ya es  mayor quiere ser una mujer-niña y vive como si tuviera alas, volando por encima del mundo para conocer los atajos que pudieran llevarle al mismo lugar. Ya no le importaba el vestido que llevara, ni si sus senos eran demasiado gordos y había que operarlos. Quería desprenderse del pasado y dejar atrás su ignorancia de tantas y tantas cosas. Y desde su mente, en lugar de pasear por la calle Triana, viendo escaparates y nuevas modas,  las alas ocuparon su sitio y se quedó asombrada de todo lo que se había hecho en este mundo. Podía haberse enganchado a las telenovelas, pero desde que vio aquella película de “Los años felices de tu vida”, fue como si nacieran dos bultos en su espalda y comenzó  a aprender a volar. ¡Era la utopía de los débiles!

¿Cómo coño lo hice? ¿En una escuela de FP? No: ¡volando!



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