domingo, 30 de diciembre de 2018

De El Palmeral a Belén


Era un grupo de trece. Objetivo: celebrar la Navidad. Nada mejor que salir de la rutina habitual. Así que a coger aire en la cara y montarse en la guagua. Destino:  Belén de arena en la playa Las Canteras. Con gorro navideño y sin parar de cantar mientras el chófer conducía la guagua que nos llevaba a nuestro destino.

Tres eran los reyes, tres nos  acompañaban: Magnolia, María del Mar y Amalia.

Salir del ambiente de cada día. Recordar algunos de los significados navideños. Hacerlo en medio de la gentes que vive en la calle.

En la Villa de Teguise celebraban este tiempo jugando al teje y la pelota, nos cuenta Carmen. Mientras nosotros nos bajábamos de la guagua haciendo grupo,  pues los mayores no somos individuos separados de la sociedad y una forma de celebrar la Navidad es que se den cuenta que existimos. Y que si hoy a ellos se les ocurre hacer un Belén con arena y en la arena es porque nosotros desde que nacimos hasta hoy, entre otras cosas, no hemos parado de bailar la rumba y de construir los cimientos de los belenes que hoy se hacen.

Comer en los restaurantes de la playa con la familia es lo que más recuerdo de la Navidad, nos contaba Saturnino mientras nos señalaba algunos de aquellos bares que todavía tienen las puertas abiertas, aunque en aquel tiempo eran mucho más pequeños que hoy, insiste al recordar. Cantar villancicos en la Iglesia era una de las cosas que apasionaban a Carmen. Y Magnolia queriendo revivir lo contado por  Saturnino nos invitó a unas tapas  en uno de aquellos bares saltando sobre la arena.

No habían árboles de Navidad. Tampoco belenes. Las tartas y los dulces que su madre hacía para esta fecha siguen siendo un recuerdo que vive en el corazón de Loli y, por supuesto, los regalos de Reyes que eran algo muy importante, nos contó con gran satisfacción. Desde Lanzarote ella sigue con esa tradición. Le impresiona el trabajo hecho con el belén de arena que ha visto esta mañanas, sí bien le parece excesivo el gasto de Navidad, con luces y demasiada comida que ha venido en sustituir la Navidad por una fiesta al consumo.

Al terminar con las tapas de Magnolia es María del Mar quien nos cuenta que no le gustan estas fiestas pues le recuerda la reunión familiar que celebraban todos unidos y hoy le falta su madre. Su ausencia es un gran borrón navideño.

Ya en la guagua de regreso a casa, entre canción y canción y cada vez que pasábamos por un túnel, Magnolia nos decía: pidan un deseo. Que nos saquemos la Lotería de Navidad. Supongo que no será para hacer otro Belén de arena en su pueblo .

Hacía Belén fuimos cargados de chocolate. De Belén volvemos cargados de alegría de esperanza y de ilusión.




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