La asamblea

Después de grandes discusiones entre las diferentes asociaciones y grupos que trabajaban en aquella ciudad, el resultado no podía ser otro que el crecimiento de la muralla que no solo les separaba sino que les impedía realizar cada uno sus propios objetivos.

Tras de seis meses prácticamente inactivos, tocaba elegir al presidente de la federación. La desilusión era tan intensa que ni siquiera se presentó  candidato alguno. Llegada la hora de las votaciones y, pese a no haber por quien votar, la mayor parte de los ciudadanos se hicieron presentes en la plaza. Y uno de ellos comentó con varios:

- Elijamos a Román. Al no estar presente no podrá decir "no acepto". Por otra parte, se le ve un hombre callado y no problemático.

De ahí que Román saliese elegido por el 85% de los votos...

Reunidos el lunes para la toma de posesión de Román Le escucharon decir:

- Supongo que todos somos conscientes porque estamos tan divididos que al final no hacemos nada.

Y les hizo ver que no creían en los derechos humanos, que tanto hablar de ellos para no practicarlo. Que en el fondo no creían en el principio número uno, que nos dice que todos los seres humanos somos iguales en dignidad y derechos.  Si creen en ese principio se comportarán como hermanos sin creerse superior al otro y no desecharían sin más las iniciativas del otro grupo. ¿Para qué quieren, pues, un presidente?

- Yo, desde luego, no seré quién apruebe y apoye las diferencias. Cómo no tienen nada que hacer, convoquen otras elecciones, porque yo estoy firmando ahora mismo el documento de mi irrevocable dimisión.

El silencio vibraba en aquel salón. Y cuando el nombrado presidente iba a estampar su firma, muchos vecinos con su gigante NO escucharon la primera propuesta de acción:

- Propongo, dado que el deporte une a las personas, hagamos con aficionados de todas las asociaciones un solo equipo de fútbol que represente al pueblo y no tire cada uno por su lado.

Un fuerte aplauso resonó en aquel salón mientras Román daba un abrazo uno por uno, ofreciendo, desde esa, noche un talante más fraternal que  ponía de manifiesto el comienzo de una vivencia de igualdad entre todos, lo cual pondría dé manifiesto que todo problema tiene una solución y que siempre vale más sumar que restar.