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jueves, 31 de octubre de 2019

Vinieron a por mí


Cuando los nazis vinieron buscando comunistas, guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a por los sindicalistas, no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos, no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,
no había nadie más que pudiera alzar la voz”. 




Esta es la traducción -un tanto libre- el famoso poema de Martin Niemöller (1892-1984), un sacerdote protestante alemán, víctima y testigo del ascenso de Hitler al poder y de las dramáticas consecuencias del mismo. Originariamente, su autor lo tituló como “¿Qué hubiera dicho Jesucristo?”. En nuestro país, por problemas de traducción, durante mucho tiempo fue atribuido a Bertolt Brecht, quien lo había transcrito en un artículo.

El nazismo murió con Hitler, pero los comportamientos nazistas no. De un tiempo acá resurgen las actitudes xenófobas, identitarias, excluyentes, suprimacistas… Muchas de ellas se camuflan con la etiqueta de “demócratas”, dando apariencia de rechazo a los planteamientos totalitarios.

En un mundo cada vez más complejo, en el que las nuevas tecnologías de comunicación aparentan dar voz a la pluralidad de opiniones nos encontramos, paradójicamente, un escenario de creciente manipulación de la voluntad del individuo. Habrá que estar precavido y -como dijo el poeta- aprender a distinguir las voces de los ecos.

Alguien dijo una vez que “la Demagogia es la tarjeta de visita del fascismo”.




martes, 9 de abril de 2019

Intransigentes


Quieren que cambiemos; que volvamos a ser como éramos cuándo seguíamos sus orientaciones; quieren que seamos como cuando nos obligaron a cambiar, cuando nos convencieron que el aborto no se podía tolerar y que la homosexualidad era una enfermedad a curar y si íbamos al hospital a terapia tendríamos la baja laboral.

Quieren que olvidemos que en los colegios se aprende educación ciudadana, puesto que según ellos son cosas marxistas y nosotros lo que necesitamos son casas polacas, con el sello voitiliano. Quieren que dejemos de respirar aires de libertad y de respeto y que volvamos a imbuirnos del espíritu de la mordaza.

Y ya es tarde.
Ni olvidó.
Ni regreso
Ni cedo.

No me he esforzado todo este tiempo para eso.